El director de RD reflexiona sobre la inhumación de Franco en 'El Intermedio'

José Manuel Vidal: «Si el Gobierno decide no enterrar a Franco en La Almudena por razón de orden público, Osoro no se va a oponer»

"Lo que la Iglesia no quiere es cargar dos veces con el muerto de oponerse a la familia"

José Manuel Vidal: "Si el Gobierno decide no enterrar a Franco en La Almudena por razón de orden público, Osoro no se va a oponer"

La vicepresidenta ha sido un tanto imprudente al hablar a su vuelta a España de que había llegado a un acuerdo total con el Vaticano, cuando eso no es posible: el muerto es español y lo tienen que cargar la Iglesia española y el Gobierno español

¿Cuáles son las claves reales de la reunión entre Carmen Calvo y Pietro Parolin? ¿Qué pasará con los restos de Franco? A estas y a otras preguntas respondió nuestro director, José Manuel Vidal, en una intervención en ‘El Intermedio’, donde se mostró optimista de cara a una resolución del conflicto.

Para Vidal, «si el Gobierno decide no enterrar a Franco en La Almudena por razones de orden público, Osoro no se va a oponer«. Eso sí: el Vaticano «le pide que lo haga en diálogo con la familia y en diálogo con la Iglesia».

 

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, decía -aseguraba- que había llegado a una especie de acuerdo con la Santa Sede para encontrar una salida a que los restos de Franco no acaben en La Almudena.

Sin embargo, esta misma tarde el Vaticano matizaba esas declaraciones y decía que si bien veía con buenos ojos una alternativa a La Almudena, en ningún momento se había pronunciado sobre los restos del dictador. ¿Qué cree que ha podido pasar en esta negociación?

Ha pasado algo que ocurre muchas veces en diplomacia, que cuando se llega a acuerdos de alto nivel, no se pueden dar a conocer demasiado. Yo creo que la vicepresidenta ha sido un tanto imprudente al hablar a su vuelta a España de que había llegado a un acuerdo total con el Vaticano, cuando eso no es posible: el muerto es español y lo tienen que cargar la Iglesia española y el Gobierno español.

Esto es lo que viene a decir, muy suavemente, el Vaticano, porque tampoco es un desmentido formal; es una especie de matización. Ellos han dicho: «Estamos de acuerdo con la exhumación».

La vicepresidenta ha hablado de la inhumación, y ha expuesto a la secretaría del Vaticano que quiere buscar otra alternativa que no sea La Almudena. Y en eso -dice el comunicado- está de acuerdo, en que busque otra alternativa. Pero le pide que lo haga en diálogo con la familia y en diálogo con la Iglesia. Lo que significa, hablando claro, que no se puede desautorizar a Osoro aquí, en España.

 

 

 

 

 

Y si se llegara a un acuerdo entre los dos Estados, ¿por parte del Vaticano sería a cambio de nada? ¿Esto es habitual? O ¿Con qué suele negociarse?

Nunca es a cambio de nada; entre dos Estados siempre se negocian intereses recíprocos y se trata de llegar a un acuerdo.

 

¿Ni siquiera aunque uno de esos dos Estados sea el Vaticano?

Ni siquiera. El Vaticano funciona a nivel de Estado como cualquier otro, y protege mucho los intereses de laIglesia de cada país, evidentemente. Es muy habitual:

La vicepresidenta pide audiencia y les dice: «Vamos a tratar los problemas que nos atañen a ambos Estados». Estamos hablando de una negociación entre dos Estados.

La vicepresidenta llega allí con una serie de temas y los pone encima de la mesa. ¿Qué es lo que han podido negociar? Pues yo creo que, entre otras cosas, las inmatriculaciones. De hecho, hoy mismo Podemos acaba de presentar una proposición de ley en el Congreso para pedir que la Iglesia renuncie a todas las inmatriculaciones hechas desde 1979. Es decir: todo lo que se hizo después de la muerte de Franco. Si el Gobierno sabe eso, puede decirle al Vaticano -y estoy seguro de que se lo dijo- : «Nosotros podemos ofrecerles una alternativa mejor, una alternativa que no sea tan costosa para la Iglesia».

Y hoy mismo la vicepresidenta dice que se va a negociar lo de las inmatriculaciones y lo del IBI, pero el IBI a la italiana. Es decir, que lo pagan solo los edificios que no sean de culto: las cafeterías que pueda tener la Iglesia, las librerías y cosas de ese tipo. Porque la negociación -creo yo- no es solo con miras al presente, es también, posiblemente, a futuro.

La vicepresidenta le habrá dicho al Vaticano: «Yo le puedo ofrecer esto ahora mismo; pero si dentro de un año o dos años salimos elegidos, le puedo seguir asegurando, por ejemplo, que no vamos a denunciar el concordato, o los acuerdos Iglesia-Estado».

 

¿Y si Vaticano y Gobierno llegan a un acuerdo, el Vaticano puede decirle al arzobispado de Madrid: «Cumpla usted con los acuerdos a los que hemos llegado, dado que somos una instancia más alta»?

No se suele hacer; esto no funciona como una multinacional donde la sede está en Roma e impone a cada Iglesia, a cada sucursal, lo que tiene que hacer. Aquí tienen que ser Osoro y la Iglesia española las que tomen cartas en el asunto.

El Vaticano puede decirles: «Estamos de acuerdo, tened cuidado porque nos han comentado esto. Vais a negociar; dialogad y, sobre todo, poneos de acuerdo con la familia».

Lo que la Iglesia no quiere es cargar dos veces con el muerto de oponerse a la familia. Tendría que ser desde el Gobierno, que en el decreto, creo, no previeron o, puede que ni siquiera supieran, que Franco tenía una tumba en la cripta de La Almudena. Y se han dado cuenta después, cuando los nietos reaccionaron como lo hicieron; con una jugada magistral. Si el Gobierno decide en el decreto-ley, que no se puede enterrar en La Almudena por la razón de orden público, Osoro no se va a oponer; al contrario, va a quedar supercontento de dejar que eso se vaya a otra parte.

 

 

 

 

¿Podría ser la Iglesia más clara o, si lo quiere, contundente, respecto a hacer pública su posición sobre este tema?

Yo creo que sí, pero hay dos cosas. Una, que la Iglesia está pillada por la Ley de la propiedad: la Iglesia ha vendido una tumba a la familia de Franco, como a otras muchas personas que hay enterradas en la cripta de La Almudena, y tiene que cumplir con esos deberes y respetar ese derecho.

Y segundo, pienso que la Iglesia es muy prudente siempre, y gestiona muy mal su comunicación: es muy poco transparente. Tendría que salir más a los medios y explicarse con tranquilidad, salir a decir, un poco, esto que estamos diciendo ahora; qué es lo que piensa Osoro y qué es lo que piensa la Iglesia española. Pero con la mayor tranquilidad. Son tan prudentes que se pasan, y por eso no son capaces de salir abiertamente a la opinión pública a explicar lo que sienten, lo que piensan, lo que quieren hacer o lo que deben hacer.

 

José Manuel Vidal, muchas gracias por su tiempo.

Encantado.

 

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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