El ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha reclamado a los familiares "humildad", al tiempo que ha rechazado un debate sobre la exhumación
Ni rastro de la pintura roja. En el día de Todos los Santos, la tumba del dictador Francisco Franco ha amanecido completamente limpia, sin ni rastro del mensaje en rojo que el artista gallego Enrique Tenreiro, hizo a modo de protesta.
En su lugar, hasta siete ramos de flores han sido depositados por los nostálgicos del régimen predemocrático en que se han sumado a los homenajes a Primo de Rivera.
Este jueves había cola para entrar en el recinto del Valle de los Caídos, sobre todo del episodio de ayer, cuando Tenreiro dibujó una la paloma de la paz con la palabra libertad sobre la tumba del dictador, motivo por el que fue detenido y por el que la Guardia Civil ha abierto una investigación que podría acabar en denuncia con cargos que pueden ir desde un delito de daños a uno de odio.
El día en que es por costumbre visitar a los que ya no están con nosotros, seguidores del dictador, curiosos por lo que sucedió ayer y atraídos por el debate sobre la exhumación, han acudido a la Basílica en la que aún permanecen los restos de Franco. Sin ni rastro de la pintura, la lápida recibe numerosas visitas y muestras de afecto en forma de flores.
Mientras tanto, la polémica por el lugar en el que finalmente reposará el cadáver del dictados vive un episodio más de la mano de la familia de Franco y del Gobierno. La primera ha hecho saber su oposición «unánime y firme» al traslado de los restos del Valle de los Caídos, mientras que el Ejecutivo socialista, de manos del ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha reclamado a los familiares «humildad», al tiempo que ha rechazado un debate sobre la exhumación.
(RD/Agencias)
