El Ayuntamiento de Vitoria no garantiza coberturas a las personal acogidas por los dos proyectos

Ain Karem y Belén, mucho más que un techo donde cobijarse al abrigo de Berakah

Garantizar lo básico es una tarea inexcusable para cualquier gobierno: urge una respuesta social inmediata

Ain Karem y Belén, mucho más que un techo donde cobijarse al abrigo de Berakah
Programa de Berakah

El Ayuntamiento de Vitoria interpreta que por vivir en los Hogares gestionados por Berakah, las personas no tienen derecho a ningún tipo de ayuda social. Es una gran injusticia que llevamos tiempo denunciando y que no podemos entender

(Vicente Luis García).- El Programa Berakah ha celebrado un año más la continuidad de dos proyectos importantes, La Residencia Ain Karem que se puso en marcha en el 2009 y el Hogar Belén que se inauguraba el 19 de marzo del 2015.

Ambos han sufrido algunos cambios importantes como la reubicación. Así, Ain Karem, que se inauguraba en el edificio del antiguo Hotel Venecia en la calle Barrancal, abre ahora sus puertas en el edificio parroquial, en el Cantón de San Marcos. Tras las obras de acondicionamiento, se ha podido recuperar los pisos pertenecientes a la parroquia de Santa María. La residencia Ain Karem nació de una necesidad temporal de acogida a personas que no tenían donde vivir y cuyo techo sería una posibilidad para iniciar un proceso de inserción en nuestra ciudad, mujeres con niños que por diversos motivos han llegado a la ciudad sin más deseo que comenzar una nueva vida, y otras que viven desde hace tiempo en Vitoria y se quedan sin vivienda, mujeres que pueden dejar el mundo de la prostitución … Por eso la residencia quiere ser el primer paso para llegar a esa meta de toda madre: ofrecer un futuro a sus hijos.

El Hogar Belén nació pensando en las familias que no tienen posibilidad de pagar un alquiler, y buscando ser un espacio de inserción y formación para ellos.

En colaboración con la Asociación Bizitzaberria se puso en marcha esta iniciativa en la calle Portal de Betoño, nº 12. Pero también esta residencia para familias fue trasladada hace dos años al Cantón de San Marcos, en un bloque situado justo en frente de Santa María.

Tener ubicadas las dos residencias, una frente a otra, y cerca de la parroquia, ha sido importante para mejorar el seguimiento y atención a los usuarios de las mismas, según reconoce Fidel Molina, diácono de la Unidad Pastoral del Casco Histórico.

«Gracias al trabajo de un buen grupo de voluntarios, que hacen el acompañamiento a las familias, gracias a la aportación de muchas personas, gracias a la apuesta incondicional de la Fundación Vital….podemos seguir siendo esperanza para las familias de los hogares» señala Molina.

La celebración de este domingo se inició con una eucaristía en la parroquia de Santa María en la que, como es habitual, participó el coro de mujeres Betong, de Guinea Ecuatorial. La misa fue presidida por el párroco Juan Carlos Pinedo.

Coincidiendo con la II Jornada Mundial por los Pobres que puso en marcha el Papa Francisco el pasado año Fidel Molina ha recordado los gritos de los pobres que se escuchan en Vitoria: «no tener vivienda, no tener papeles, tener la familia a miles de kilómetros, tener que vivir en la calle, no tener lo suficiente para comer, pagar la luz o la calefacción.»

Fidel calificaba de «sueño» el proyecto Ain Karem

Tras la celebración un picoteo y la visita en jornada de puertas abiertas a la nueva Ain Karem permitió conocer las mejoras de habitabilidad que se han logrado con la obra y el traslado a las dependencias parroquiales.

Por la residencia Ain Karem han pasado a lo largo de estos 9 años un total de 98 mujeres y 139 niños. Actualmente Ain Karem acoge a 7 mujeres y Hogar Belén a 10 familias.

Margot es una joven peruana madre de tres niñas que con emoción y lágrimas definía su acogida en el Hogar Belén como «una bendición. Hace nueve meses no tenía nada. Y cuando nació mi pequeña, mi pareja y mis tres hijas fuimos acogidos en Hogar Belén.»

Urge una respuesta social inmediata

El objetivo de estas residencias es poder ofrecer un espacio de residencia temporal hasta que las personas o el grupo familiar pueda disponer de unos recursos mínimos que les permitan salir adelante. Pero, como explica Fidel, «Hoy por hoy, nos encontramos con que al acabar este tiempo las familias no encuentran posibilidad de alquilar ninguna vivienda. En Vitoria el mercado está cerrado para las personas que no tienen contrato de trabajo o que no pueden depositar una fianza de más de 3 meses. Por ello, en algunos casos los periodos de estancia se alargan dando lugar a un inadecuado proceso de inserción, en otros muchos la salida es muy forzada y no reúne las garantías necesarias para que la familia no vuelva a quedarse, en breve tiempo, en la calle.»

Berakah se suma a ese grito que, junto a otros colectivos, demanda una solución política y social «Es urgente que alguien, en nuestra ciudad, haga algo. Vemos una enorme pasividad de las instituciones ante un colectivo importante, que se ha incorporado a nuestra convivencia, que ha acudido diariamente a los cursos de formación programados, que ha hecho un esfuerzo por integrar nuestra cultura a la vez que nos ha aportado la suya.»

Berakah nació con la vocación, en todos sus proyectos, de llegar a donde las instituciones no llegaban, pero no con el objetivo de suplantar a las instituciones y menos acabar siendo una escusa para que las instituciones cierren las puertas a quienes acuden a Berakah. «el Ayuntamiento de Vitoria, interpreta que por vivir en los Hogares gestionados por Berakah, las personas no tienen derecho a ningún tipo de ayuda social. Es una gran injusticia que llevamos tiempo denunciando y que no podemos entender. Cualquier persona que tenga más de seis meses de empadronamiento tiene las coberturas sociales que marca la ordenanza municipal. Cualquiera, menos los que viven en nuestros Hogares.»

«Desde Berakah ofrecemos techo a quien no lo tiene y acompañamiento, e intentaremos cubrir aquellos casos que las instituciones no cubran, pero no podemos entender por qué las personas empadronadas en nuestros hogares tienen menos ayudas que el resto» denuncia Fidel, poniendo voz a un programa que cuenta con más de doscientos voluntarios y que desde el 2006 lleva atendiendo a las necesidades más básicas de miles de personas, ciudadanos de pleno derecho aunque la legislación no se lo reconozca.

Non solum sed etiam

La función profética que se nos recuerda tenemos los bautizados y nos obliga a ser voz de denuncia de las injusticias, ha de acompañarse de aquel otro mandato que figura en el Evangelio y dice «dadles vosotros de comer», que enlaza con aquel otro que nos interpela al decirnos «tuve sed y me diste de beber, estaba desnudo y me vestisteis, enfermo y vinisteis a verme, …» Y esa es la misión de quienes queremos presumir de seguir al Maestro. Pero, una cosa no quita la otra, y desde luego no es de recibo que los poderes públicos se escuden en el servicio que otros colectivos ofrecen para no ofrecerlos ellos.

Garantizar lo básico, lo que definimos como Derechos Fundamentales, es una tarea inexcusable para cualquier gobierno. Y que estas garantías lleguen a todos depende del tipo de gobierno con el que cada cual quiera ser identificado.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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