No somos un grito en el vacío. "No perdáis la calma". Dios está siempre con nosotros, en el dolor, en el sufrimiento y en la muerte
(Archicompostela/Agencias).El pabellón de O Pombal en Cambados (Pontevedra) ha acogido este viernes el funeral por los tres marineros fallecidos tras el naufragio del ‘Sin Querer II’, que ha estado presidido por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio.
En una ceremonia multitudinaria –en la que han estado presentes, entre otras autoridades, la conselleira do Mar, Rosa Quintana; la corporación municipal de Cambados, encabezada por la alcaldesa, Fátima Abal; el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín; el portavoz de En Marea, Luís Villares; o la subdelegada del Gobierno, Maica Larriba– el arzobispo ha tenido palabras de consuelo para las familias de los marineros fallecidos, y también para la del tripulante que todavía permanece desaparecido.
En su homilía, el arzobispo de Santiago se dirigió «con cordial afecto» a las familias afectadas por la tragedia. A ellas les dijo «quiero enjugar vuestras lágrimas y aliviar vuestro dolor con las palabras de Jesús que nos dice: ‘Yo soy la resurrección y la vida'».
En su prédica el arzobispo se mostró próximo a las familias. Reconoció que el dolor ante la pérdida es tan intenso que resulta difícil «iluminar vuestro estado de ánimo con la luz de la Palabra de Dios», pero insistió en que la esperanza en la resurrección y la fe en Dios son el consuelo que necesitamos. En este sentido recordó la constitución del concilio Vaticano II Gaudium et Spes, en la que se afirma que «por Cristo y en Cristo se ilumina el enigma del dolor y de la muerte, que fuera de su Evangelio nos abruma».
Recordó a los tres marineros difuntos y al aún desaparecido por sus nombres y recordó que «Cambados llora. Galicia se ha estremecido. Con esta tragedia todos hemos perdido a unas personas que formaban parte de nuestra convivencia, de nuestra cercanía, de nuestro afecto». Mons. Barrio también admiró el duro trabajo y la dignidad de las gentes del mar y su valor para asumir el riesgo que corren en su quehacer diario.
Invitó en esta situación límite, en la que «es más fuerte la tentación a desesperar», a mantener la fe en Jesucristo Resucitado, porque «sólo esta esperanza puede consolar adecuadamente la pérdida de los seres queridos y dar sentido a sus vidas y a sus muertes». Finalizó invocando la misericordia de Dios y agradeció a todos los presentes su oración y solidaridad cristiana.
Hai momentos que marcan o caracter dun pobo. O noso apoio e cariño a toda xente do mar de #cambados. #almademariñeiro: «Sentímolo mar, vivímolo mar, sufrímolo mar, …..». ?https://t.co/5QwfEMyUVj
— Xesmar (@infoxesmar) 20 de diciembre de 2018
Texto completo de la homilía de monseñor Barrio
«Oh Dios, tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida y habitaré en la casa del Señor por años sin término». De manera especial me dirijo con cordial afecto a vosotras, queridas familias, que habéis perdido a vuestros seres queridos.
Quiero enjugar vuestras lágrimas y aliviar vuestro dolor con las palabras de Jesús que nos dice: «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí aunque haya muerto vivirá, y todo el que cree y vive en mi no morirá para siempre». Os acompañamos con nuestra oración, compartimos vuestros sentimientos y estamos a vuestro lado.
Deseo iluminar vuestro estado de ánimo con la luz de la Palabra de Dios, aunque apenas el dolor lo permita y cuando los sentimientos con las lágrimas dificultan vislumbrar la mañana de la resurrección y cierran el paso a la confianza y a la paz sosegada. Dios vela con su providencia pero no sabemos lo que tiene previsto en nuestras vidas. Con fe decimos «sé que mi redentor vive y al fin se erguirá como fiador sobre el polvo y detrás de mi piel yo me mantendré erguido y desde mi carne veré a Dios».
«Estaremos siempre con el Señor» (Ts 4,17). No necesitamos otro consuelo, ni nos es precisa a los creyentes otra razón para vivir con esperanza y para morir con sosiego, que esta luminosa afirmación del Apóstol Pablo. Estar siempre con el Señor, y participar de su gloria. «Por Cristo y en Cristo se ilumina el enigma del dolor y de la muerte, que fuera de su Evangelio nos abruma» (GS 22). «Precisamente en la contemplación de la muerte de Jesús, la fe se refuerza y recibe una luz resplandeciente, cuando se revela como fe en un amor indefectible por nosotros, que es capaz de llegar hasta la muerte por salvarnos. En este amor es posible creer» (Lumen fidei, 16).
Hoy este lugar se convierte en un barco espiritual impulsado por nuestra oración para acompañar a nuestros hermanos en esa travesía última al puerto donde nos espera Cristo Resucitado, vida definitiva para los que han muerto y consuelo para los que todavía vivimos. «El que cree en mí aunque haya muerto vivirá».
Antes de ayer vosotros queridos familiares de nuestros hermanos difuntos: D. Manuel Serén, D. Bernardino Padín y D. Teófilo Rodríguez, y de nuestro hermano desaparecido D. Guillermo Casais, habéis perdido unos seres queridos. Al tener noticia recé por ellos pero he rezado también por vosotros de manera especial, porque nosotros no estamos preparados para afrontar la muerte de las personas queridas.
Cambados llora. Galicia se ha estremecido. Con esta tragedia todos hemos perdido a unas personas que formaban parte de nuestra convivencia, de nuestra cercanía, de nuestro afecto. En oración reanudamos con ellos un diálogo interrumpido bruscamente por la muerte y consolidamos los vínculos de una comunión que la muerte no ha podido romper. «Si hemos muerto con Cristo creemos que también viviremos con él» (Rom 6,8).
Queridas gentes del mar, admiro vuestro trabajo y valoro su dignidad. Soy consciente de que vuestro conocimiento del mar no os da la garantía de una seguridad, siempre expuesta a lo inexperado. La muerte llega siempre como un ladrón, decía Jesús, cuando tantos proyectos y esperanzas llenan el quehacer diario familiar y laboral. No es fácil comprender y aceptar esta realidad pero todo tiene sentido en nuestras vidas.
Facemos nosa a dor das familias dos mariñeiros falecidos e desaparecido na traxedia do cerqueiro Sin Querer e acompañámolas coa nosa oración
— Arzobispo Compostela (@arzobispjbarrio) 19 de diciembre de 2018
No somos un grito en el vacío. «No perdáis la calma». Dios está siempre con nosotros, en el dolor, en el sufrimiento y en la muerte. También Cristo grito en la cruz: «Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?». No serán pocas las veces que también vosotros gritéis interiormente ante este misterio, porque ante la muerte de un ser querido todo parece un mal sueño del que uno espera salir en cualquier amanecer. La muerte de las personas queridas lleva consigo parte de nuestras propias vidas. Por eso toda tristeza por la muerte del ser querido es sagrada.
En las situaciones límite y esta es una, en las que es más fuerte la tentación a desesperar, la fe en Jesucristo Resucitado nos reafirma en la convicción de que la última palabra la tiene Dios y es siempre una palabra de vida.
«En la vida y en la muerte somos del Señor, pues para eso murió y resucitó Cristo: para ejercitar su poder sobre los que viven y sobre los que mueren». Solo esta esperanza puede consolar adecuadamente la pérdida de los seres queridos y dar sentido a sus vidas y a sus muertes.
Remata sen éxito a busca de Guillermo, o mariñeiro do ‘Sin querer 2’ que aínda segue #Desaparecido| #Cambados> A busca do mariñeiro #Desaparecido rematou hoxe sen ningunha novidade. D …#Embarcación #Naufraxio #Operativo #Rescate #Sin_Querer_2 https://t.co/1Jq3EUpUW5 pic.twitter.com/gZgzCA62J2
— Canal Rias Baixas (@canalriasbaixas) 20 de diciembre de 2018
Con vosotros invoco la misericordia de Dios. Gracias a todos por vuestra presencia, oración y solidaridad cristiana. Confiados en el perdón y en la justificación que nos ofrece, dejemos el destino de nuestros hermanos en sus divinas manos con dolor pero con paz, con lágrimas pero con esperanza.
Hoy sentimos la necesidad de corazón de ofrecerles a ellos y también a D. José Ángel Sanjurjo la ayuda afectuosa de nuestra oración para que participen de la felicidad eterna con Dios Padre. A la Virgen del Carmen le pedimos que los haya acogido bajo su manto. El Dios de la paz y de la esperanza sea para todos nosotros fortaleza. Nada podrá arrancarnos del amor de Dios. Amén.
#Cambados arroupa ás familias das vítimas do ‘Sin querer 2’ nunha multitudinaria concentración| #Afundimento #Concello #Mar #Naufraxio #Sin_Querer_2 #Veciños https://t.co/gzxtShDdUF pic.twitter.com/VvVUfEwybG
— Canal Rias Baixas (@canalriasbaixas) 20 de diciembre de 2018
El Apostolado del Mar expresa su «profundo dolor y consternación» por su hundimiento
Mientras tanto, en una nota hecha pública este 20 de diciembre el departamento del Apostolado del Mar de la Conferencia Episcopal Española, ha mostrado su solidaridad ante el hundimiento de dos pesqueros en la costa gallega.
La nota menciona las dos tragedias, una, el naufragio, frente a la costa de Finisterre, del Cerquero «Sin Querer 2», con base en Portonovo, provincia de Pontevedra, con cuatro víctimas. La otra, el del barco «A Silvosa«, que, «cuando se disponía a salir del puerto de Malpica para trabajar», sufrió un accidente causando una quinta víctima.
«Queremos hacer llegar nuestro profundo dolor y consternación por los cinco marineros fallecidos, dolor que vivimos desde la fe, buscando en la oración la paz para las familias en este momento en el que sufren la pérdida de sus seres queridos. Asimismo, expresamos nuestra cercanía a todas las personas que colaboraron en los rescates y se esfuerzan por aliviar la situación en estos momentos tan duros», escribió Mons. Quinteiro Fiúza, Promotor del Apostolado del Mar.
Todo nuestro afecto y oraciones por el marinero del Silvosa fallecido esta madrugada en Malpica. Nos unimos al dolor de su familia y rogamos a Dios por su alma.
— Arzobispo Compostela (@arzobispjbarrio) 20 de diciembre de 2018
Nuevo accidente en las costas españolas
Lamentablemente, en el mismo día que el Apostolado lamenta la desaparición de los cinco marineros, España y el mar de Alborán amanecieron con la noticia del hallazgo de trece inmigrantes fallecidos y once desaparecidos, tripulantes de una embarcación que salió de Marruecos el martes pasado con 55 inmigrantes irregulares, según informó el servicio español de Salvamento Marítimo a la agencia de noticias EFE.
De estas personas, 33 lograron ser rescatadas, doce se presume que son los desaparecidos y trece víctimas mortales, diez hombres y dos mujeres, una de ellas embarazada.
El dolor del Papa por las vidas perdidas y los explotados
Pensando en estas vidas perdidas vienen una vez más a la mente las palabras del Papa Francisco precisamente en el día de hoy, viernes 21 de diciembre, en su discurso a la Curia Romana: «cuántos inmigrantes – dijo el Pontífice – obligados a abandonar sus países de origen y arriesgar sus vidas, hallan la muerte, o sobreviven pero se encuentran con las puertas cerradas y sus hermanos de humanidad entregados a las conquistas políticas y de poder. Cuánto miedo y prejuicio«.
Los migrantes llegados por mar a Europa en 2018
En su informe de noviembre, la Organización Internacinal para las Migraciones (OIM) en su calidad de Organismo de las Naciones Unidas para la Migración informó que 104.506 migrantes y refugiados han ingresado a Europa por vía marítima al 18 de noviembre de 2018. España ocupa el primer lugar con 50.962.
El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM (MMP por su sigla en inglés) ha registrado a 2.075 personas como desaparecidas o fallecidas en una de las tres rutas migratorias a lo largo del Mar Mediterráneo en 2018.
#España: el mar se sigue cobrando vidas#VaticanNews https://t.co/ILTLdoe9JP
— Vatican News (@vaticannews_es) 21 de diciembre de 2018