Nosotros decimos que no estaba en sus manos salvar a todos los judíos, pero sí salvar su alma
Aparte de los dirigentes nazis, sólo una persona aparece señalada y marcada con una gran cruz en el Museo del Holocausto del Estado de Israel (Yad Vashem): el Papa Pío XII. «Nosotros decimos que no estaba en sus manos salvar a todos los judíos, pero sí salvar su alma». Y la postura es oficial e inamovible. En el majestuoso y sobrecogedor edificio, una gran fotografía del «Papa del silencio» domina una de las salas. Ningún otro mandatario internacional tiene tal honor. «Estaba en sus manos hablar, y él prefirió callarse».
Ni siquiera al presidente de Estado Unidos, «que está demostrado que sabía con todo detalle todo lo que estaba ocurriendo», merece, según el criterio de las autoridades hebreas, tener una fotografía en el Museo del Holocausto.
Pese a que ha quedado demostrado que Pío XII salvó judíos, pese a que parece que la estrategia seguida por el Santo Padre era no abanderar la lucha moral contra los crímenes para que las autoridades nazis no se ensañaran también con los cristianos, el Estado de Israel no está dispuesto a moverse un ápice en su dura posición contra «el Papa del silencio».
Mario Sinay, Director del Departamento de Habla Hispana de la Escuela Internacional para el Estudio del Holocausto, admite la discrepancia en este asunto, pero aclara que la postura israelí es firme. «¿Por qué el Vaticano se niega a abrir sus archivos?», dice Sinay. La respuesta de la Iglesia Católica es ya sabida: «Esto también es totalmente falso. Pablo VI mandó abrir los archivos en 1963».
¿Y cuántos judíos tenía que haber salvado Pío XII para que no se le juzgara de esa manera? Según el profesor Sinay, que representa la postura oficial del Estado de Israel, el problema es «la potencialidad», y no el número.
«Él era una autoridad moral. Estaba en sus manos haber hablado, pero prefirió callar. Sabemos que no podía haber salvado a los judíos del Holocausto, pero podía haber salvado al menos su alma. Tampoco lo hizo». Juan Cruz