Para combatir el odio religioso un paso "en la buena dirección" es la Alianza de Civilizaciones promovida por España y asumida por la ONU
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, afirmó este lunesa que los países de la UE están «dispuestos a tomar medidas conjuntas para combatir cualquier incitación al odio religioso«, pero avisó, no obstante, de que «es fundamental distinguir la legítima expresión de crítica de la incitación al odio».
De la Vega intervino, en representación de la presidencia de turno de la UE, ante la XIII sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que comenzó hoy en Ginebra y llamó a todos los países a «superar el debate estéril sobre el concepto de la difamación de religiones».
La vicepresidenta advirtió de que este término «puede generar confusiones y llevar a resultados contraproducentes desde el punto de vista del respeto a los derechos humanos».
El concepto de «difamación de religiones» lo incluyó el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en una resolución contra la intolerancia religiosa que se aprobó el año pasado a petición de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI).
El término motivó que los países europeos, Chile y Canadá terminasen votando en contra del texto –alegando que jurídicamente son las personas las que pueden ser objeto de difamación– y despertó críticas de las organizaciones defensoras de la libertad de expresión, que temen que ese concepto abra la puerta a perseguir cualquier crítica a la religión.
En su intervención, la ‘número dos’ del Gobierno español opinó que para combatir el odio religioso un paso «en la buena dirección» es la Alianza de Civilizaciones promovida por España y asumida por la ONU.
Por eso, confió en que «este tipo de iniciativas de colaboración entre países y regiones puedan desarrollarse y extenderse en las labores habituales del Consejo de Derechos Humanos».
De la Vega aprovechó para expresar el apoyo a una iniciativa del grupo de países latinoamericanos para combatir la violencia sexual contra los niños y confió en que se acabe plasmando en una resolución de la ONU.
(RD/Ep)