En su época de párroco y director de una residencia infantil

Acusan a un obispo alemán de maltrato a menores

Diicen que Walter Mixa creó un "clima de terror"

Acusan a un obispo alemán de maltrato a menores
Walter mixa, obispo de Augsburgo

La diócesis de Augsburgo califica de "absurdas" las acusaciones

Cinco testimonios publicados en el diario alemán ‘Süddeutsche Zeitung’ mantienen viva la polémica desatada desde hace meses por casos de maltrato y pederastia en la Iglesia católica. En el periódico, antiguos habitantes de la residencia infantil de San José de Schrobenhausen acusan al entonces párroco de la localidad, Walter Mixa, de malos tratos, de crear un «clima de terror» y de repartir bofetadas, puñetazos, azotes en el trasero y golpes con un palo o de un sacudidor de alfombras. La oficina de Mixa -actual obispo de Augsburgo- ha desmetido esas afirmaciones y las ha calificado de «absurdas».

El diario muniqués señala en su información que Walter Mixa maltrató sistemáticamente a menores hace mas de 30 años en la residencia infantil de San José de Schrobenhausen, que era dirigida por la comunidad religiosa femenina de las Hermanas de Mallersdorf.

El rotativo publica los testimonios con nombre y apellidos de varias personas que estuvieron en aquella residencia cuando Mixa era el párroco de Schrobenhausen, entre 1975 y 1996, en los que describen las agresiones físicas protagonizadas entonces por el hoy obispo.

«Las monjas nos amenazaban siempre con la advertencia: ‘espera a que venga el párroco’. Y luego venía y castigaba a los niños.

Generalmente se arremangaba, hacía referencia al mal comportamiento y luego había gritos y golpes», explica un antiguo residente cuyo nombre mantiene el diario en el anonimato.

Hildegard Sedlmair, de 48 años, no oculta su identidad y explica que «los dos años en Schrobenhausen fueron los peores de mi vida. En una sola semana el señor Mixa me dio tres veces puñetazos».

Por su parte, Monika Bernhard, de 47 años, relata que, además de Mixa, había dos monjas que maltrataban sistemáticamente a los niños con palos de escoba, zuecos de madera y perchas.

Por su parte, la Iglesia católica austríaca pidió ayer perdón en un acto multitudinario y mostró su arrepentimiento por los casos de abusos sexuales perpetrados por religiosos. «Dios, te pregunto: ¿Qué pasa con mi Iglesia?»; «El poder absoluto corrompe absolutamente. También a la Iglesia»; «La jerarquía ha callado y es responsable de esta catástrofe» o «la Iglesia antepuso salvar su reputación a la verdad», fueron algunas de las quejas expresadas por creyentes que intervinieron en el acto. (RD/Agencias)

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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