El obispo negó hasta ahora haber maltratado a niños
El obispo de la ciudad alemana de Augsburgo, Walter Mixa, reconoció hoy en una carta a dpa que abofeteó a niños de un orfanato en sus épocas de párroco de la ciudad sureña de Schrobenhausen hace 30 años.
El prelado, que también es capellán de las fuerzas armadas alemanas y conocido entre los obispos alemanes por sus posturas conservadoras, se defendió de quienes lo acusan de haber hecho uso de la violencia física contra menores a su cargo y efectuó una distinción entre malos tratos y cachetadas.
«Si se quiere llevar al extremo el tema de las bofetadas, tengo que decir con honestidad que naturalmente no puedo excluir haber dado una que otra cachetada durante mi larga gestión como maestro y párroco y en contacto con muchos jóvenes hace 20 ó 30 años», señaló.
«Era totalmente normal en ese entonces y eso lo saben todos los maestros y alumnos de esa generación», argumentó.
El vicepresidente del Parlamento regional de Baviera, el socialdemócrata Franz Maget, demandó la renuncia del obispo, cuyo caso se produce en medio de un escándalo mayor por violencia y abuso sexual en internados católicos de Alemania.
Al mismo tiempo, las investigaciones efectuadas por un abogado encargado por el orfanato de Schrobenhausen confirmaron hoy las acusaciones contra Mixa de que había golpeado a niños de la institución.
Un ex pupilo afirmó en una declaración jurada que había sido recibido un golpe «en la cara con toda fuerza» del entonces párroco Mixa en el año 1976 después de haber sido frustrado por la policía un intento de fugarse del orfanato. Otro antiguo pupilo del orfanato dijo que había recibido una cachetada de Mixa en el periodo entre 1990 y 1997.
El obispo negó hasta ahora haber maltratado a niños y en el escrito enviado hoy a dpa se reafirma en sus dichos en lo que respecta a otros castigos corporales más allá de una bofetada. «Desde el principio dije que en ningún momento hice uso de violencia física contra niños y jóvenes».
«En caso de que llegara a abofetear a alguien lo lamento, sinceramente. Sigue en pie mi invitación a una charla con aquellos hombres y mujeres que me han acusado». (RD/Agencias)
