El Papa llegó a Oporto procedente de Fátima, donde unos 500.000 peregrinos asistieron con fervor y devoción el jueves a la misa celebrada en el emblemático santuario
Benedicto XVI se despide este viernes de Portugal con una misa al aire libre en la norteña ciudad de Oporto, tras una visita de cuatro días durante la cual oró ante muchedumbres y reconoció los errores de la Iglesia por los escándalos de pedofilia.
Miles de personas esperan al Papa para su tercera misa al aire libre en la Avenida de los Aliados de esta importante ciudad industrial, fuertemente afectada por la crisis económica.
El Papa llegó a Oporto procedente de Fátima, donde unos 500.000 peregrinos asistieron con fervor y devoción el jueves a la misa celebrada en el emblemático santuario para conmemorar las apariciones de la Virgen, el 13 de mayo de 1917, y la beatificación hace diez años de dos de los tres pastorcitos ante los cuales, según la tradición, se apareció María.
El pontífice alemán, quien interpretó teológicamente el tercer secreto de Fátima, revelado en el año 2000 por deseo de Juan Pablo II tras décadas custodiado, reconoció que las profecías de Fátima no han terminado. «La humanidad desencadenó un ciclo de muerte y terror, pero ha fracasado en interrumpirlo«, dijo.
Para el jefe de la Iglesia católica las visiones de la Virgen se referían a las guerras mundiales, las persecuciones del comunismo y el atentado a Juan Pablo II y también a los «sufrimientos» actuales de la Iglesia por el escándalo de pedofilia.
El Papa abordó también temas sociales y condenó el aborto y el matrimonio homosexual como «insidiosos y peligrosos» en un país que introdujo el aborto en el 2007 y está por legalizar el matrimonio entre homosexuales.
Tras la misa en Oporto, el pontífice pronunciará su discurso de despedida en el aeropuerto y se embarcará con destino a Roma.
(Rd/Agencias)