Él mostraba una gran proximidad y una gran sensibilidad tanto en las preguntas que hacía como en las respuestas
Minutos después de que levantara vuelo el Airbus A320 de la aerolínea TAP de regreso a Roma, al final de la visita apostólica del Papa, el Coordinador General de la visita, Carlos Azevedo, se manifestaba «feliz». «No se puede dejar de estar feliz con un pueblo que está feliz y un Papa que también está feliz«. Para el prelado, «la visita sorprendió y superó nuestras expectativas«.
También de expectativas superadas habló D. Manuel Clemente, quien acompañó a Benedicto XVI desde la Sierra del Pilar, en Gaia, hasta el aeropuerto de Pedras Rubras.
«Tengo muy buena impresión del pueblo que somos, sin embargo confieso que fue superada», dijo, añadiendo que «una magnífica moldura humana» envolvió a Benedicto XVI.
«Era una moldura constante, formada por pequeños, personas mayores, y personas de mediana edad con la sonrisa franca de una adhesión inmediata», comentó.
Para la Misión 2010, iniciativa de la Diócesis, Benedicto XVI trajo una palabra «de confirmación».
«Nosotros guardamos en las comunidades cristianas una memoria viva de Jesús y de su Evangelio. No la guardamos para nosotros mismos sino para ofrecerla a todos, creyentes o no creyentes», dijo.
El Presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa también expresó su alegría, apuntando hacia las consecuencias de la visita. «Estoy consciente de ello y creo que también lo está la Iglesia de Portugal; el final de esta visita es un momento de gran responsabilidad», acentuó D. Jorge Ortiga.
El mensaje que el Papa dejó «debe ser analizado y estudiado, de tal forma que sus orientaciones se canalicen en el programa que la CEP tendrá que concretizar en los próximos tiempos«, añadió.
La Asamblea Plenaria de Junio de la CEP «habrá de presentar algunos resultados de la visita«, afirmó D. Carlos Azevedo.
Del contacto próximo que mantuvo con Benedicto XVI durante los cuatro días de la visita a Portugal, D. Jorge Ortiga recuerda palabras que recogen la simpatía de la acogida del pueblo portugués y del «lugar maravilloso que es Fátima».
«Cuando hablábamos con el Papa él mostraba una gran proximidad y una gran sensibilidad tanto en las preguntas que hacía como en las respuestas que daba», dijo.
Estando aún en el aeropuerto de Oporto, el Cardenal Patriarca de Lisboa declaró que la visita de Benedicto XVI a Portugal fue «muy bonita», rehusando formular evaluaciones mas profundas.
«Todavía es temprano. Fue un acontecimiento muy bonito, pero ahora tenemos que estudiar los textos y analizarlos más profundamente», justificó.
«Tengo mucha esperanza«, reforzó apenas D. José Policarpo.
Benedicto XVI concluyó este viernes una visita apostólica de cuatro días que marcaba el décimo aniversario de la beatificación de Francisco y Jacinta Marto, pasando por Lisboa, Fátima y Oporto.