Durante la última década, miles de personas han muerto por la violencia religiosa y étnica que destruye el centro de Nigeria
Un grupo de asaltantes armados con machetes han añadido nuevas víctimas de la violencia religiosa al conflicto que asola el estado nigeriano de Plateau, donde cientos de personas han muerto así este año.
Los desconocidos atacaron la iglesia del reverendo cristiano Nuhu Dawat en el pueblo de Mazah, asesinando a su mujer, dos hijos y un nieto. «Lo dejo todo al juicio de Dios«, dijo después entre sollozos el sacerdote, único superviviente del ataque porque logró esconderse tras huir corriendo.
No obstante, otras cuatro personas más murieron en el ataque, según fuentes militares. Sus cuerpos, quemados tras el asesinato, presentaban heridas de machete.
Según el portavoz de la policía de Plateau, las fuerzas de seguridad han evitado que la violencia se extienda a otros pueblos.
«Estamos tratando de averiguar las causas de la violencia», dijo Gregory Anyating. «No hemos vuelto a imponer el toque de queda.»
El toque de queda de Plateau fue impuesto en su capital, Jos, por primera vez en noviembre de 2008 a causa de la violencia entre bandas cristianas y musulmanas. En mayo se levantó por última vez.
Durante la última década, miles de personas han muerto por la violencia religiosa y étnica que destruye el centro de Nigeria, donde los musulmanes del norte se enfrentan al sur predominantemente cristiano.
La tensión la alimentan décadas de resentimiento entre los grupos indígenas, la mayor parte cristianos y animistas, que se disputan el control de las tierras y el poder político con los inmigrantes del norte.
Los analistas temen que la violencia resurja en la carrera electoral para las próximas elecciones de abril en Plateau.
(Rd/Agencias)