en los años que llevo como obispo en Marruecos he llorado más que en toda mi vida. Hay momentos muy duros y circunstancias en las que uno se siente desbordado...
(Samuel Gutiéfrrez, en Catalunya Cristiana).- Pese a que desde abril de 2007 es todo un arzobispo de Tánger, en Marruecos, el gallego Santiago Agrelo sigue viviendo y sintiéndose hoy como un fraile franciscano más. «Todavía no me he enterado de que soy obispo», confiesa entre risas. La normalidad con la que vive el episcopado no es, sin embargo, una excusa para desentenderse de una misión en la cual se deja el alma. «En Marruecos la evangelización es la vida misma», afirma.
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