Los peces del Mekong remonta la corriente para desovar en el lago Tanle San
El sacerdote jesuita prefecto apostólico de Batambang (Camboya), Enrique Figaredo, ha advertido hoy sobre el «desastre ecológico» que provocarán las seis presas que China proyecta construir sobre el río Mekong para aumentar su capacidad energética. «Será un desastre ecológico terrible con deterioro de las economías de otros países como Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam», ha afirmado el religioso en Gijón donde esta mañana ha presentado proyectos de ayuda a la comunidad de Tahen.
El río Mekong es el principal recurso acuífero de los países del sureste asiático, muchos de los cuales tienen en su riqueza ictícola una de sus mayores fuentes de alimentación y la construcción de presas en su cauce alterará su cauce aguas abajo e impedirá la reproducción de muchas especies.
Según ha explicado Figaredo, los peces del Mekong remonta la corriente para desovar en el lago Tanle San, desde donde los alevines se distribuyen en los afluentes de ese espejo de agua que discurren por los países de la zona.
Las seis presas que proyecta construir China impedirán el natural proceso de cría y alterarán los caudales de agua de los afluentes, ha afirmado el sacerdote conocido como «el obispo de las sillas de ruedas» por su labor de ayuda a los mutilados por las minas en la guerra de Camboya.
Figaredo ha presentado en Gijón los resultados de la canalización de un tramo de 4 kilómetros de río y la construcción de dos compuertas en la comunidad de Tahen, donde viven unas cuatrocientas familias.
Estas obras, que se construyeron con un presupuesto de unos 100.000 dólares recaudados en un proyecto denominado «Una gota de ilusión» desarrollado por el Club Rotary y la Unión de Comerciantes Autónomos de Gijón, ciudad natal de Figaredo, han posibilitado duplicar la producción de arroz en la zona.
La infraestructura permite acumular en el cauce del río los excedentes de agua de la temporada de lluvias para utilizarlos en la época de sequía.
De esta forma la población puede conseguir dos cosechas de arroz al año, en lugar de una, y cultivar otros productos como maíz y hortalizas.
La calidad de vida de los habitantes «ha mejorado sustancialmente con el agua» porque se han reducido las enfermedades y ha aumentado la producción, ha explicado.(RD/Efe)