El portavoz vaticano explica que el papa ha apelado a los propios africanos para vencer los desafíos presentes
El asfixiante calor húmedo que reina estos días en Cotonú, la capital de Benin, no ha causado problemas al papa Benedicto XVI, que está bien de salud y muy contento con su segunda visita a África, que concluye hoy. Así lo manifestó el portavoz vaticano, Federico Lombardi, que precisó que el Pontífice tiene 84 años y «sabe administrar» bien sus fuerzas.
Lombardi dijo también que los benineses han regalado al papa un salón comedor en madera tallada, de artesanía beninesa, igual a otro que tenía en su casa de Roma el fallecido cardenal Bernardin Gantin, nacido en este país y amigo personal de Benedicto XVI.
El jesuita agregó que durante este viaje el papa no ha hecho, como algunos esperaban, llamamientos a la comunidad internacional para ayudar a África.
Por el contrario ha apelado a los propios africanos y ha puesto el acento tanto en los discursos como en la Exhortación Apostólica (documento final del sínodo de Obispos) de la responsabilidad de África de afrontar los desafíos del milenio y ser capaces ellos mismos de crecer y contribuir a la construcción de un mundo más justo.
De ahí, las frases que pronunció hoy en la misa de despedida en el estadio «La Amistad» de Cotonú «África sé luz del mundo» y «Ten ánimo» y otras pronunciadas durante el viaje en las que la considera «tierra de esperanza» y «pulmón espiritual del mundo». (RD/Efe)