La obligación de las estructuras sanitarias pertenecientes a organizaciones religiosas de distribuir productos anticonceptivos y ejecutar prácticas abortivas ha suscitado innumerables condenas por parte de laicos y clero de los Estados Unidos
(L’Osservatore Romano).- La decisión tomada por el «Federal Department of Health and Human Services» sobre el tema de la anticoncepción «viola los límites constitucionales de nuestro Gobierno y los derechos fundamentales sobre los que nuestro país se ha fundado»: es cuanto el cardenal Timothy Michael Dolan, arzobispo de Nueva York y presidente de la Conferencia episcopal de los Estados Unidos (Usccb), afirma en el mensaje que ha enviado a sus hermanos en el episcopado.
En la carta, escrita en colaboración con monseñor William Edward Lori, obispo de Bridgeport y presidente del Comité de la Usccb para la libertad religiosa, el purpurado subraya que «si el Gobierno, por ejemplo, dice a los católicos que ya no pueden trabajar más en el campo de los seguros sin violar sus convicciones religiosas, me pregunto dónde vamos a acabar».
Esta observación del arzobispo de Nueva York se refiere a la decisión de la administración de Washington de exigir a las compañías de seguros que incluyan también en las pólizas el reembolso de los gastos por la adquisición de anticonceptivos e intervenciones abortivas.
El cardenal observó que el actual desacuerdo con la administración «no se refiere a la opción entre republicanos o demócratas; conservadores o progresistas», ni tampoco «se limita al tema de la anticoncepción o los fármacos que provocan el aborto». La disputa actual trata, en cambio, del respeto debido a los creyentes. «Esto – subraya – es el primer y principal requisito de la libertad religiosa, un tema que nos concierne a todos».
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