Hay que dejarles claro a banqueros y directivos empresariales que cuando se presenten a las puertas del cielo y digan: Carezco de antecedentes penales y tengo derecho a entrar, se les responderá: No es suficiente
(Joaquín Rábago, en Levante).- Mientras en nuestra piel de toro parece la jerarquía católica únicamente obsesionada en negar el derecho de las mujeres al aborto o los matrimonios homosexuales, un cardenal alemán se fija en otras cosas que considera mucho más importantes.
Se niega, por ejemplo, a aceptar sin protestas el rumbo que ha tomado el nuevo capitalismo y reivindica con fuerza lo que parecen olvidar otros: la doctrina social de la Iglesia.
Haciendo honor a su apellido, Reinhard Marx, arzobispo de Múnich, a quien su compatriota, el actual Papa Benedicto XVI nombró en 2010 cardenal, ha querido aprovechar el congreso de los católicos alemanes en Mannheim para recordarles a empresarios y gestores unas cuantas viejas verdades. «El verdadero cristianismo consiste en hacerse responsable de una empresa, de una familia, de lo que uno hace», ha dicho el cardenal, crítico implacable de la avaricia de muchos dirigentes actuales.
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