Aunque el Papa les concedería una Prelatura Personal, similar a la que tiene el Opus Dei
El superior general de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, Bernard Fellay, considera «inaceptable» el nuevo «preámbulo doctrinal» con las condiciones impuestas por el Vaticano para que este grupo tradicionalista cismático pueda regresar al seno de la Iglesia de Roma.
Así se señala en un documento interno, «confidencial», enviado por el abad Christian Thouvenot, secretario de los «lefebvrianos» como son también conocidos, a los superiores de la fraternidad, con fecha 25 de junio, y publicado hoy por los blogs «Spes. Seminario Permanente de Estudios Sociopolíticos Santo Tomás de Aquino» e «Ignis Ardens», cercanos al tradicionalismo.
En la carta, fechada en Menzingen (Suiza), donde tienen la casa generalicia, el abad cuenta que el 13 de junio el cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, entregó a Fellay durante la reunión que mantuvieron en el Vaticano un texto que, «en sustancia», proponía de nuevo el preámbulo doctrinal que les entregó el Vaticano en septiembre de 2011.
En él aparecían las condiciones para regresar a la Iglesia de Roma y que ellos rechazan.
«Fellay ha informado inmediatamente de que él no puede firmar ese nuevo documento, claramente inaceptable. El próximo capítulo (de la Fraternidad, que se celebrará a primeros de julio) permitirá analizar todo el dossier«, escribió en su carta Thouvenot.
El 13 de junio, Levada entregó a Fellay el texto de la «valoración» que hacía la Santa Sede sobre el documento que le presentó el «lefebvriano» en abril pasado, según informó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
En esa fecha, el Vaticano les pidió que clarificaran su postura sobre si aceptan o no las condiciones impuestas para regresar al seno de la Iglesia católica, después de considerar «insuficiente» la respuesta dada anteriormente a una petición en ese mismo sentido.
Fellay, según un comunicado de la casa generalicia de un día después, expuso a Levada «las dificultades doctrinales» que plantean el Concilio Vaticano y el nuevo misal surgido del mismo, que rechazan.
Fellay, como informó ese mismo día Lombardi, prometió que daría en un «tiempo razonable» una respuesta al «preámbulo doctrinal».
El portavoz no se pronunció sobre si la respuesta será la última oportunidad para los «lefebvrianos» de regresar a la Iglesia de Roma, pero destacó que en la reunión del día anterior «se deseó» que, tras un nuevo momento de reflexión, se pueda alcanzar la plena comunión de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X con la Sede Apostólica.
En la reunión, Levada entregó asimismo a Fellay un borrador del documento por el que el papa les concedería una Prelatura Personal, similar a la que tiene el Opus Dei, si regresan al redil.
La carta del abad Thouvenot, según observadores vaticanos, da a entender que los tiempos del regreso a la comunión con Roma están todavía lejanos.
El 14 de septiembre de 2011, el Vaticano entregó a los «lefebvrianos» un «preámbulo doctrinal» con las condiciones para regresar a la Iglesia de Roma, cuyos puntos se desconocen.
Lo único que se sabe es que contiene algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica «necesarios para garantizar la fidelidad al magisterio de la Iglesia«.
Asimismo, abre «al legítimo debate» el estudio y la explicación teológica de «puntuales expresiones o formulaciones presentes en los documentos del Concilio Vaticano II y del magisterio posterior».
Los «lefebvrianos» surgieron en 1969, cuando el arzobispo francés Marcel Lefebvre (1905-1991) creó la Fraternidad San Pío X, asociación tradicionalista que rechaza frontalmente el Concilio Vaticano II, al que considera una «herejía», y las «destructivas» reformas surgidas del mismo, al tiempo que defiende a ultranza el rito preconciliar.
Este grupo desató un cisma en la Iglesia católica en 1988, cuando Lefebvre ordenó sin permiso de Juan Pablo II a cuatro obispos, entre ellos Fellay.
En aras de la buena voluntad para que vuelvan al redil, Benedicto XVI liberalizó en 2007 la misa en latín y en 2009 levantó las cuatro excomuniones.
Pero uno de esos obispos, Richard Williamson, negó después el Holocausto, lo que puso en pie de guerra a la comunidad judía internacional.
Los «lefebvrianos» cuentan con cuatro obispos, cerca de medio millar de sacerdotes y más de 200.000 fieles repartidos por todo el mundo, especialmente en Suiza, Francia, Argentina, EEUU, Alemania, Chile y Colombia. (RD/Efe)