A los jóvenes les ha dado, como un padre que es, los consejos pertinentes
(Jumana Trad, Beirut).- Benedicto XVI, el Papa valiente, llegó al Líbano en un momento en que todos los países de Oriente Medio estaban a pie de guerra con los Estados Unidos y a la vez Lakhdar Brahimi, el enviado especial a Siria de las Naciones Unidas, calificaba el conflicto de Siria de amenaza mundial.
Quizás la palabra más utilizada por el Papa durante este viaje haya sido paz, ha pedido a ambos cristianos y musulmanes de unirse para poner fin a la violencia y a la guerras. Y también a los cristianos de amar y rezar por sus hermanos los musulmanes.
De hecho a la pregunta del Arzobispo de Kirkouk (Iraq), Mons. Louis Sako : « con Usted, empieza la primavera de la Iglesia en Oriente Medio », le respondió el Papa : « Eso espero ».
Rechazar la violencia, olvidar el pasado, decir no a la venganza, a la violencia verbal y física, y derribar las barreras para crear nuevas sociedades basadas en la fraternidad y la libertad, esto es el mensaje del Papa. Y en ello el papel de los cristianos es fundamental, y por ello el Papa ofrece la exhortación apostólica post sinodal, Ecclesia in Medio Oriente, remitida hoy a los Patriarcas y Presidentes de las conferencias episcopales de todos los países.
Ayer, Benedicto XVI se ha dirigido a una multitud de 350.000 fieles, entre los que había líderes de las comunidades cristianas y musulmanas, congregada al aire libre, donde el Papa celebro la solemne Misa que marcaba el final de su histórica visita de tres días a Líbano.
En el recinto donde asistieron a la Misa, la multitud era tan densa que algunos prefirieron asistir a Misa fuera, sentados en la acera. Solo 75.000 asientos fueron proporcionados, el resto se quedo de pie. Muchos de ellos se habían levantado al alba y a pesar del calor agobiante ya, miles de personas fueron a pie y otros metidos en el autobús pequeños, y invadieron todas las calles y callejones que conducen al centro de la ciudad estaban una marea humana, ilusionada y feliz por la visita del Papa.
Allí la Misa fue celebrada en francés y árabe, y el Papa en su homilía pidió especialmente a Dios para Siria y todo el Oriente Medio, el don de la paz de los corazones, el silencio de las armas y el cese de toda violencia.
De hecho, la prensa libanesa titulaba en relación al Papa: El hombre de paz ha hablado. Benedicto XVI ha registrado estos días, en su largo palmares, dos nuevas conquistas: las mentes y los corazones de los libaneses. Las mentes de los adultos abrumados por la claridad de su discurso y los corazones de los jóvenes durante la gran fiesta del encuentro con los jóvenes de Bkerke.
A los jóvenes les ha reiterado de quedarse en esta tierra de Oriente que vio nacer, morir y resucitar a Cristo, la Tierra Santa que les ha sido confiada en herencia. Les ha dado como un padre que es, los consejos pertinentes para no perder sus vidas en el mundo virtual y la violencia.
Mientras a los lideres políticos de Oriente Medio, prisioneros de sus prejuicios, egoísmo, prerrogativas y que no dudan en emplear las violencias y a matar a su propios pueblo. El Papa se dirigió a ellos para darles los puntos de apoyo necesarios para rectificar y cambiar de rumbo.
Así, refiriéndose a la guerra espiritual que es un obstáculo para la paz y a la educación en valores, el Papa advirtió seriamente «Tenemos que ser conscientes de que el mal no es una fuerza anónima que actúa en el mundo impersonal o determinista. El mal, el diablo, pasa a través de la libertad humana, a través del uso de nuestra libertad. Se busca un aliado, el hombre. El mal lo necesita para desplegarse. Por lo tanto, después de haber ofendido al primer mandamiento, el amor de Dios, viene a pervertir el segundo, el amor al prójimo «.
Y entre las palabras más «real», pronunciadas ayer en respuesta a los discursos de Benedicto XVI sobre el papel del Líbano con país mensaje, son los que han salido de la boca de personalidades musulmanas. «Nuestras relaciones son nuestro mensaje al mundo», dijo sin rodeos el Mufti de la República sunita, en un memorando dirigido al Papa, y decía también «El Líbano es un lugar de diálogo», y agregó el ministro de Agricultura, Hassan Hussein Hajj, chiita, «un refugio no sólo para el diálogo entre musulmanes y cristianos, sino también para el diálogo entre los diferentes ritos de la Iglesia y el diálogo entre sunitas y chiítas».
Y finalmente Benedicto XVI dio a todos los libaneses y medioorientales la respuesta a sus angustias ¿Por qué Dios elige esta zona del mundo que parece conocer el dolor del parto sin fin? ¿Por qué esta zona vive en el caos? Dios la eligió, según su parecer, para que refleje a la faz del mundo la capacidad del hombre de vivir su deseo de paz y reconciliación!
El Papa en esta visita se dirigía no solamente a los habitantes de la zona pero también al mundo entero y como siempre con su sencillez, bondad, claridad de mente, y amor a todos.
Dra. Jumana Trad
Patrono de la Fundación Promoción Social de la Cultura