"Negar los sacramentos por no pagar impuestos es una medida teológica y pastoralmente muy cuestionable para frenar la sangría económica"
(José Manuel Vidal).-Casado y padre de tres hijas, el español Mariano Delgado es el ex decano de la Facultad de Teología de Friburgo. Desde su privilegiada plataforma conoce por dentro la realidad de las iglesias centroeuropeas, a las que califica de poco «proféticas», sobre todo para pedir solidaridad con el Sur, «inmovilistas» y hasta un tanto retrógradas. Por ejemplo, «negar los sacramentos por no pagar impuestos es una medida teológica y pastoralmente muy cuestionable para frenar la sangría económica», asegura el prestigioso teólogo laico.
¿Se puede decir que la Iglesia alemana excomulga a los que no paguen el impuesto civil?
Se puede y no se puede decir a la vez. Lo que la Iglesia hace es dejar claro a los que firman en las delegaciones de hacienda una declaración de «salida de la Iglesia» (Kirchenaustritt) que con ello se privan de poder recibir los sacramentos. Para explicarlo mejor: en Alemania (y en Suiza y en Austria) existe una especie de impuesto eclesiástico bajo diferentes nombres, pero con este denominador común: si el contribuyente se declara miembro de una de la Iglesias históricas (en principio la romano-catolica, las protestantes y la de los católicos viejos) o de la comunidad israelita (los musulmanes no gozan todavía de ese privilegio), tiene que pagar automaticamente con la declaración de la renta un impuesto eclesiástico adicional que el Estado recauda para esas confesiones. Para evitar pagar dicho impuesto o para poder dedicar ese dinero a otros fines (Green Peace p.e. o cosas asi) muchos cristianos acuden a la delegación de Hacienda y firman la declaración de salida de la Iglesia.
¿Masivamente?
La cosa esta adquiriendo tal cariz, que la Iglesia católica cree sentirse en el deber de recordar a tales personas que con ese paso se privan de poder recibir los sacramentos. Los obispos alemanes envían en esos casos una carta a dichas personas, y han publicado también unas orientaciones pastorales sobre el tema. El tenor es mas bien «misericordioso», pero al mismo tiempo la Iglesia piensa que como la motivación de salida en la mayoría de los casos suele ser económica, no está de más recordar las consecuencias… En el fondo se trata de una medida teologica y pastoralmente muy cuestionable para frenar una sangria economica.
¿Cuánto recauda la Iglesia católica con dicho impuesto?
La Iglesia catolica en Alemania recauda con el impuesto eclesiástico de las personas físicas y morales cada año unos 4.000 millones de euros, lo que le permite una cómoda financiación: los obispos son pagados como consejeros de los gobiernos regionales y los parrocos como profesores de instituto etc. Además la Iglesia, aparte de una gran obra asistencial (Caritas p.e.) o de solidaridad con las Iglesias del llamado tercer mundo, financia con eso tambien una red de academias (casas con salas de cursos, restaurantes y habitaciones) en las que ofrece conferencias y jornadas de estudio sobre Iglesia y sociedad, religión y política, ética, diálogo interreligioso etc. Esas academias, que no deben confundirse con las facultades de teología en las universidad públicas, están muy bien dotadas y son unos de los puntos fuertes de la Iglesia en Alemania que nos faltan en España, pues son realmente lugares de encuentro con el mundo académico y cultural del país.
¿Los que no paguen ese impuesto quedan fuera de los sacramentos?
En principio se quedan fuera de los sacramentos, si no vuelven a pagar el impuesto eclesiástico. Pero esa medida ha sido muy criticada, también en revistas cercanas a la Iglesia, pues no se puede hacer depender la fe del impuesto eclesiástico. La revista «Christ in der Gegenwart» del 30 de septiembre publicó p.e. un artículo muy crítico bajo el título: «Kirchensteuer: Wer zahlt, der glaubt?» (Impuesto religioso: el que paga, cree?). Allí señala que la medida es inapropiada, que en el decreto de los obispos falta la palabra «excomunión», pero que las consecuencias que se derivan de la salida financiera de la Iglesia equivalen de facto a lo que se entiende por tal medida. El artículo critica el decreto como mensaje amenazador de una Iglesia aburguesada, más burocrática que pastoral; y se pregunta al final con una cierta ironía, si los que pagan el impuesto son realmente más creyentes que los que dejan de pagarlo.
Con la agravante de ser una medida aprobada por el Vaticano
Sí, el Vaticano ha aprobado la medida, pero creo que se siente incómodo ante todo esto y que desearía más bien un sistema de fianciación como el de Italia o España, más compatible con la misión pastoral de la Iglesia, pues así el que no quiere pagar no tiene por qué abandonar la Iglesia y puede continuar recibiendo los sacramentos.
Vista desde España es una medida incomprensible y hasta escandalosa
Es realmente una medida incomprensible y escandalosa, y que algun dia llevara a revisar el sistema del impuesto religioso en estos países. Por cierto que en Suiza, pais inteligente en todo, se ha encontrado una solución mas salomónica. Hay sentencias de juzgados civiles que dicen lo siguiente: quien declara su salida de la Iglesia en la delagación de hacienda, no abandona por ello la Iglesia en el sentido teológico-sacramental, sino solo en el sentido corporátivo que tienen las Iglesias en el derecho eclesiástico del Estado suizo… Aqui en Suiza, las Iglesias como unidades parroquiales son tambien corporaciones de derecho civil, obligadas por ello a una cierta higiene democrática: concurso público de los parrocos y otros puestos, elección de los candidatos por el consejo parroquial, presentación anual de una memoria financiera etc. En Suiza, son las parroquias las que reciben el impuesto eclesiástico, no los obispos. Éstos solo disponen prácticamente del dinero que las parroquias quieran darles, lo cual también conlleva algún problema eclesiológico.
¿Las arcas de la Iglesia alemana gozan de buena salud o ya no son lo que eran?
Como dije mas arriba, la Iglesia católica alemana recauda más de 4.000 millones de euros al año. Y aunque dicha suma antes era más alta, sigue siendo más que suficiente para la financiación de la Iglesia. Pero como estaba acostumbrada a recaudar más, la Iglesia ha tenido que hacer grandes esfuerzos de economía en los últimos años, p.e. congelar los sueldos de los párrocos, los agentes laicos y otros colaboradores, quitando la paga de Navidad etc.
El cardenal Schönborn, de la vecina Austria, acaba de instaurar los párrocos laicos. ¿Se acaban las vocaciones y la Iglesia se ve obligada, por la fuerza de los hechos, a echar mano de los seglares?
Lo de párrocos laicos es un decir. En los paises de lengua alemana (Alemania, Suiza, Austria) que son fundamentalmente los que tienen facultades de teologíaa en las universidades publicas hay muchos teologos laicos: la mayoría son profesores de religión y otros se han convertido después del Concilio en agentes pastorales en las parroquias, o trabajan en los medios de comunciación, en las obras de ayuda o en las academias de la Iglesia arriba mencionadas. En la primera fase de la recepción del Concilio se fomentó mucho la presencia de agentes pastorales laicos, lo que también ha creado sus conflictos y frustraciones. En una parroquia, p.e., había un sacerdote como párroco y un agente pastoral laico; pero los dos habían hecho prácticamante los mismos estudios, es decir, que el agente pastoral laico era laico solo en el sentido del estado eclesial, pero no en cuanto a la formación teológica, y estaba siempre subordinado al sacerdote. Con el tiempo, muchos sacerdotes se sintieron frustrados por tener a su lado teólogos casados, y los agentes pastorales también se sientieron frustrados por no poder ser más que coadjutores laicos del párroco, sin posibilidad de ordenación. Despues ha venido una fase, marcada sobre todo por la restrictiva instrucción romana de 1997 sobre la colaboración de los laicos en el ministerio sacerdotal y por el descenso de los ingresos del impuesto religioso. Los obispos han intentado entonces restringir la contratación de agentes pastorales laicos. Solo en Suiza ha ido aumentando su número por la gran falta de sacerdotes, y además, con arreglo a la estructura eclesial más democrática del pais, aquí en Suiza muchos teologos laicos siguen predicando durante la misa dominical después de la instrucción de 1997, sin que Roma pueda impedirlo, y en algunos casos han asumido la funcion de «Gemeindeleiter», es decir de una especie de párrocos seglares, que sin dispensar los sacramentos propios del orden sacerdotal, bautizan o bendicen los funerales y llevan o dirigen prácticamente la comunidad.
¿Y en Austria o Alemania?
En Alemania y en Austria no se ha llegado a tanto. Lo que ocurre ahora en Austria es que algunos de esos teólogos seglares están al cargo de una parroquia «bajo la dirección» de un sacerdote que se encarga a la vez de dos o tres parroquias y asume en ellas la dispensa de los sacramentos inherentes al orden sacerdotal. En el fondo, estos paíes están ante un dilema, que algun dia tambien alcanzará de lleno a España: ¿qué hacer ante la falta de sacerdotes, por un lado, y la formación de teólogos laicos en las facultades de teología por otro? Roma piensa ahora como después de Trento que hay que aguantar el chaparrón de la crisis, sin cambiar el celibato y sin ordenar ni siquiera a los «viri probati». Y si hacen falta sacerdotes por estos lares, pues se los envía de Polonia o de Africa o de America Latina, lo mismo que después de Trento se enviaron jesuitas y capuchinos del sur de Europa ante la escasez de sacerdotes del mundo germánico.
¿Funciona la estrategia?
Lo que antes funcionó puede que no valga ya. Sobre todo tenemos hoy el fenómeno nuevo de los teólogos laicos: eclesiológicamente no tiene ningún sentido que por preservar el sacrosanto celibato se prefiera enviar a estos países a sacerdotes de Africa, sin el conocimiento adecuado de la lengua y las costumbres, antes que ordenar de sacerdotes a los teólogos casados o a los diáconos permanentes del mismo pueblo. Muchos católicos se sienten, y con toda la razón del mundo, frustrados por el inmovilismo y la falta de reformas, que implican un gran pérdida de capital humano bien formado. No hay ningún argumento teologico contra la ordenacion de los «viri probati», y no deberíamos escudarnos en argumentos realmente falaces.
¿Y la eventual ordenación de las mujeres?
La cuestión de la ordenación de las mujeres, que algunos grupos reclaman, es de otro cariz, pues hay una declaración romana bajo Juan Pablo II que solo puede ser entendida de dos maneras: final de la discusión in saecula saeculorum, lo que sería ahistórico, viendo el devenir de la historia de la Iglesia; o base de la que hay que partir para una profunda discusión teológica sobre el tema, lo cual piensan también muchos teólogos de buena fama y costumbres. En todo caso, no se trata de una cuestión baladí, y toda decisión debe presuponer un debate teológico profundo asi como la prudencia de no poner en peligro la unidad de la Iglesia. Edith Stein, p.e., la nueva santa del Carmelo, escribió allá por 1940 en un texto con el titulo «Die Frau» (La mujer) que no había ningún argumento dogmático para negar la ordenación de las mujeres. ¿Habría escrito lo mismo después de la declaración de Juan Pablo II sobre el tema?
¿Ha prendido o se ha esfumado la protesta de los sacerdotes austríacos, que piden cambios estructurales en la Iglesia, como el celibato opcional o el sacerdocio de la mujer?
Acaba de prender últimamente en Suiza, p.e., aunque de una forma más moderada, y los obispos han reaccionado dentro de la cultura helvética del diálogo.
¿La jerarquía alemana denuncia ante sus políticos las medidas de recorte de los derechos sociales que tanto sufrimiento están causando en los países del Sur, especialmente en España?
De vez en cuando los obispos de por aquí dicen algo, pero todo a media voz, sin hacer mucho ruido, pues el impuesto eclesiástico, recaudado por el Estado, crea a la larga un maridaje y una dependencia que priva a la Iglesia de su carisma profético. El 23 de septiembre me encontraba en Münster participando en el congreso anual de la Görres-Gesellschaft, en la que dirijo la seccion de ciencias de la religion. En la homilía de la misa de inauguración, el obispo auxiliar habló un poco de la situación de Alemania despues de la guerra, que tanta ayuda recibió, y apeló a más empatía y solidaridad con los países del sur. Pero todo se queda en ese tono apelativo y homilético, cuando los escándalos éticos dentro de la crisis financiera son de órdago y delante de nuestros ojos.
¿Algún ejemplo concreto de esos escándalos éticos?
Por poner solo uno: En 2011/2012 unos 400.000 millones de euros (que se dice pronto) en capital privado han venido de Italia, España y Grecia al «refugio» suizo. ¿Y qué hace el banco nacional suizo con tantas divisas en euros? Pues las reinvierte en euros, pues está obligado a ello para que la propia moneda, el franco suizo, no se aprecie todavia más respecto al euro (se ha apreciado ya mas del 30 % desde el comienzo de la crisis) y dañe las propias exportaciones y la competividad del pais. Pero, ¿cómo lo invierte? Pues compra bonos alemanes o austríacos o finlandeses, también franceses, es decir, de los paises sin prima de riesgo, pegándose con otros inversores por comprarlos, de forma que esos países se financian al 0 % e incluso reciben de los inversores una prima para que les vendan sus bonos…, mientras que Italia y España, por no decir Grecia y Portugal, tienen que pagar intereses horrendos para poder refinanciarse… Y todo ello dentro de la misma zona económica y con la misma moneda. ¡Claro que Alemania no tiene prisa en que cambie la situacion! Se han ahorrado este año mas de 12.000 millones de euros en intereses: justamente los que tenemos que pagar nosotros de más. Y no hay nadie en esta Iglesia, que tiene tantos centros de teología con cátedras de ética que levante la voz. Y Roma no ha sabido publicar en todo esto nada más que una encíclica (en el 2009, creo), sin mordiente, que ya ha pasado al baúl de los recuerdos.
Algunos titulares
Negar los sacramentos por no pagar impuestos es una medida teológica y pastoralmente muy cuestionable para frenar la sangría económica
La Iglesia alemana recauda al año por el impuesto religioso 4.000 millones de euros
El Vaticano ha aprobado la medida, pero creo que se siente incómodo ante todo esto
En Suiza, los párrocos seglares bautizan o bendicen los funerales y llevan o dirigen practicamente la comunidad
Roma piensa ahora, como despues de Trento, que hay que aguantar el chaparrón de la crisis, sin cambiar el celibato y sin ordenar ni siquiera a los «viri probati»
Eclesiológicamente no tiene ningun sentido que, por preservar el sacrosanto celibato, se prefiera enviar a estos países a sacerdotes de Africa
Muchos católicos se sienten frustrados por el inmovilismo y la falta de reformas
La santa Edith Stein escribió en 1940 que no había ningún argumento dogmático para negar la ordenación de las mujeres
El impuesto eclesiástico, recaudado por el Estado, crea a la larga un maridaje y una dependencia que priva a la Iglesia de su carisma profético
Alemania se ha horrado este año mas de 12.000 millones de euros en intereses: justamente los que tenemos que pagar los españoles de más
No hay nadie en las iglesias centroeuropeas que levante la voz y pida más solidaridad con los países del Sur