Unos mil cristianos, entre greco-ortodoxos y católicos latinos, se encuentran atrapados en el pequeño pueblo de Yaakoubieh
(Agencia Fides) – Unos mil cristianos, entre greco-ortodoxos y católicos latinos, se encuentran atrapados en el pequeño pueblo de Yaakoubieh, completamente cristiano, al norte de Aleppo.
Reducidos hasta el extremo, sin comida, ni electricidad, sin bienes de primera necesidad, se encuentran en medio de intensos combates entre las fuerzas leales y los grupos de la oposición. No pueden salir del pueblo y «están en condiciones desastrosas, donde se enfrentan a la extinción«.
La alarma ha sido lanzada a través de la Agencia Fides, por el padre franciscano François Kouseiffi OFM Cap, párroco de la iglesia de San Francisco en Hamra (Beirut), que se ocupa del tratamiento y la atención de unos 500 refugiados sirios.
Los refugiados han informado al p. Kouseiffi de la difícil situación del pueblo de Yaakoubieh, del que muchos son originarios, y donde están parte de sus familiares. Antes de la guerra había unos 3.000 cristianos en el pueblo entre armenios, ortodoxos y católicos, ahora casi todos han huido.
En el pueblo todavía quedan las monjas franciscanas que, según informa el fraile, comparten la suerte de los civiles. «La situación es muy grave. Los fieles están atrapados. Estamos intentando por todos los medios ayudarles a llegar al Líbano. En los últimos días, algunos de nuestros emisarios han partido para ir allí, pero el viaje es peligroso y, después de más de un día de camino por tierra, han llegado a Aleppo. Los contactos con los cristianos restantes son esporádicos. Han lanzado la voz de alarma por su supervivencia. Corren peligro de morir en medio del silencio general«.
Los cristianos sirios están pagando el precio de la desestabilización del país y sufren al igual que otros ciudadanos sirios, pero, como todas las minorías, son los grupos más vulnerables. De los casi cuatro millones de refugiados sirios, los cristianos sirios son alrededor de 500 mil, de los cuales 25 mil están en el Líbano.
En los últimos días, recuerda el P. Kouseiffi, «la ola de frío ha hecho que las condiciones sean mucho más difíciles: estamos en medio de una situación de emergencia humanitaria. Hablan de su drama, de sus esperanzas y sueños de un futuro mejor para su país».