Voy a escribir al Papa. Aunque nunca me he llegado a reunir con él, quiero pedirle que abogue para que se ponga fin a mi sufrimiento
Encarcelado desde hace diez años y condenado a muerte, el ex primer ministro iraquí Tarek Aziz sufre una profunda depresión y se plantea escribir al Papa para pedirle «que autorice su ejecución«. Aziz, de 76 años, católico (de rito arameo), no ha visto probablemente realizada la sentencia por la presión que desde hace años ejercen el Vaticano y varios gobiernos occidentales sobre el gobierno de Bagdad para que no apliquen la pena de muerte al ex colaborador de Sadam Husein.
En unas declaraciones a la agencia France Presse, el abogado de Tarek Aziz, Badie Aref, afirmó que su cliente está siendo «bien tratado» en prisión, pero que tiene muchos problemas de salud a los que se ha añadido ahora una «depresión total«.
Aref añadió que Aziz le dijo en la última reunión: «Voy a escribir al Papa. Aunque nunca me he llegado a reunir con él, quiero pedirle que abogue para que se ponga fin a mi sufrimiento, porque prefiero ser ejectutado antes que continuar en estas condiciones«.
Tarek Aziz fue el único cristiano en el entorno de Sadam Husein. Al término de la guerra, el proceso contra él, plagado de irregularidades y para muchos motivado por el odio hacia el régimen anterior, concluyó con una inesperada sentencia de muerte por complicidad en «crímenes contra la humanidad».
La familia de Aziz ha pedido en muchas ocasiones su puesta en libertad por razones de salud. El ex primer ministro iraquí sufre de diabetes, una fuerte hipertensión, úlceras de estómago y problemas de corazón y de próstata.
(RD/Agencias)