Benedicto XVI pidió asimismo un "sano realismo" para reconocer con humildad las "caídas graves" y los errores dentro de la Iglesia Católica
Los cristianos son el «pueblo más perseguido» del mundo a causa de su «anticonformismo», aseguró este viernes el Papa Benedicto XVI en un un discurso improvisado con seminaristas romanos.
«En nuestra condición de cristianos estamos extraviados y somos extranjeros. En el mundo de hoy los cristianos forman el pueblo más perseguido porque son anticonformistas, contrarios a las tendencias del egoísmo y el materialismo», dijo el Papa, que cumplirá 86 años en abril.
«Es cierto que hay naciones cristianas y estamos orgullosos de haber participado a la formación de la cultura […] Sin embargo, aunque estemos en nuestra casa, también somos extranjeros» en esos países, dijo Joseph Ratzinger, que reivindica el papel central del cristianismo en la creación de las sociedades democráticas occidentales.
Benedicto XVI pidió asimismo un «sano realismo» para reconocer con humildad las «caídas graves» y los errores dentro de la Iglesia Católica, una institución que según dijo- muere a causa del pecado de los hombres y de su poca fe.
El Papa hizo esta reflexión durante un discurso improvisado ante un grupo de candidatos al sacerdocio, a quienes visitó en el Pontificio Seminario Romano.
En su mensaje alertó contra los falsos optimismo y pesimismo en la Iglesia, el cual sostiene que el tiempo del cristianismo ya terminó.
Como ejemplo de ese falso optimismo se refirió al tiempo inmediatamente posterior al Concilio Vaticano II (1965), cuando los conventos y los seminarios estaban vacíos y se cerraban. «Algunos decían: no, no pasa nada, todo está bien», indicó.
«Existen realmente caídas graves, peligrosas y debemos reconocer con un sano realismo que así las cosas no van, donde se hacen cosas erradas», precisó.
Instó a los seminaristas a estar agradecidos por haber sido escogidos por Dios, sin caer en el triunfalismo de pensar cuán grande es uno para haber sido elegido.
Por eso llamó a recuperar la alegría de ser cristiano, aunque reconoció que los seguidores de Cristo actualmente son los más perseguidos en el mundo, porque no se conforman y son un estímulo contra las tendencias del egoísmo.
«El árbol de la Iglesia no es un árbol moribundo, sino que crece siempre de nuevo. Tenemos motivo para no dejarnos impresionar por los profetas de la desventura, que ven a la Iglesia como un árbol que creció durante dos mil años, pero ahora es tiempo de su muerte», ponderó. (RD/Agencias)