Obispo de Corea: "El pueblo de Corea del Sur está de alguna manera acostumbrado a las provocaciones del Norte, pero esta vez el grado de provocación es muy alto"
(Agencia Fides) – «El sentimiento dominante en el pueblo de Corea del Sur no es tanto el del miedo sino más bien la angustia y la amargura, por esta penosa situación. La guerra de hoy, con las armas letales que existen, sería una catástrofe para todos. Nos dirigimos al Papa Francesco: Le damos las gracias por las oraciones y esperamos que siga prestando atención a la península coreana, pidiendo a todos los responsables de las naciones, en Corea, Rusia, los EE.UU., China, a trabajar seriamente por la paz en Corea»
Lo declara a la Agencia Fides Su Exc. Mons. Peter Kang U-il, Obispo de Cheju y Presidente de la Conferencia Episcopal de Corea, interviniendo sobre la fase de alta tensión política y militar que se vive en Extremo Oriente.
«El pueblo de Corea del Sur – afirma a Fides el Obispo – está de alguna manera algo acostumbrado a las provocaciones del Norte. Pero esta vez el grado de provocación es muy alto y la gente lo percibe. Algunos piensan que existe una posibilidad real de entrar en una nueva guerra, que todos desconjuran. Los dos gobiernos, del Norte y del Sur, saben que la guerra en nuestra época, con la existencia de armas de destrucción masiva, sería un desastre total y podría destruir al pueblo coreano, del Sur y del Norte. No creo que quieran llegar a esto. Como cristianos esperamos y deseamos un aumento de la responsabilidad de los dirigentes políticos y aún queremos mirar al futuro con confianza y esperanza».
¿Pero cuáles son las raíces de esta escalada? Según el obispo, «la actitud de Corea del Norte depende en realidad de una grave situación económica interna, que es insostenible, con millones de personas que sufren el hambre y un pueblo bajo la opresión. El joven presidente Kim y los líderes militares, en este contexto, necesitan encontrar un enemigo externo y patentar un peligro inminente ante los ojos de la población agotada«.
Los Obispos coreanos, después de la Asamblea Plenaria celebrada en marzo, recuerdan que en 2013 se cumple el 60 aniversario del armisticio entre las dos Coreas y, por tanto, «es una oportunidad para dar un paso adelante hacia un tratado de paz», señala el Obispo.
Para hacer su propia contribución, la Iglesia coreana ha lanzado entre abril y diciembre de 2013, una «campaña de oración por la reconciliación» que tocará con una serie de iniciativas, todas las diócesis en Corea.
En este arduo camino, la Iglesia pide la bendición del Papa Francisco: «Le agradezco de todo corazón las oraciones y las palabras que ha pronunciado ya sobre Corea», concluye Mons. Kang. «Imploramos su bendición y suplicamos que pueda hablar con los líderes de las naciones para que luchen con fuerza por la paz en Corea».