Poco a poco, los misioneros van dejando paso a los autóctonos. De hecho, ya hay 766 obispos nativos al mando de estos Territorios en Misión
(OMP).- Las vocaciones disminuyen en Europa pero fuera del continente están en auge, especialmente en África y Asia. Los escasos recursos económicos impiden que muchos jóvenes puedan formarse para continuar con su vocación. Esta preocupación es la que hizo nacer la Obra de San Pedro Apóstol, una de las Obras Misionales Pontificas (OMP), en 1889 y le hace continuar hoy ayudando a 80.299 jóvenes a seguir su vocación. La Jornada se celebra hoy.
En Europa hay un sacerdote por cada 3.752 habitantes. Si nos fijamos en África, el campo de trabajo de cada sacerdotes es mayor, 27.062 habitantes por sacerdote. Pero en Asia, la cifra se duplica: hay 72.740 habitantes por sacerdote. Curiosamente, son los continentes con más Territorios de Misión. En el continente africano, el 90,85 % % de las circunscripciones eclesiásticas -diócesis, prelaturas…- dependen directamente de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, son Territorios de Misión. En Asia representan el 85,31 %. Estos Territorios no tienen capacidad de mantenerse a sí mismos, sino que subsisten gracias a los donativos de los fieles de otras diócesis, en su mayoría a través de OMP.
El futuro de estas diócesis depende en gran medida de las vocaciones que surjan en ellas. Poco a poco, los misioneros van dejando paso a los autóctonos. De hecho, ya hay 766 obispos nativos al mando de estos Territorios en Misión. La formación de estas vocaciones es muy costosa. «A veces hay niños que quieren entrar en el Seminario Menor, pero por las dificultades económicas no pueden», afirma Gabriel Galus, sacerdote indonesio de la Congregación del Verbo Divino.
La Obra de San Pedro Apóstol -una de las obras que conforman OMP- tiene como fin ayudar a estas vocaciones nativas. El inicio de esta iniciativa se remonta a 1889. El obispo de Nagasaki escribió a las señoras Bigard -madre e hija fundadoras de la Obra-, explicando que los japoneses eran reacios a recibir los sacramentos de los extranjeros por miedo a la persecución, y sin embargo se acercaban con confianza a los sacerdotes de su país. Movidas por el deseo de fomentar el clero nativo, comenzaron esta iniciativa, que fue proclamada como Obra Pontificia en 1922 por el Papa Pio XI.
El año pasado, la Obra de San Pedro Apóstol envió 27.341.298 $ para ayudar a 80.299 vocaciones y colaborar en el mantenimiento de los seminarios y conventos. El 90% de los beneficiarios fueron seminaristas, mayores y menores. Además de ayudar a la formación, la Obra de San Pedro Apóstol destinó 3.784.010 $ a proyectos extraordinarios, como la construcción de seminarios o la restauración de aulas, entre otros. En total, fueron ayudados 743 seminarios. El continente que recibió más ayudas de la Obra de San Pedro Apóstol fue África, seguido por Asia.
Todo el dinero recaudado por las OMP nacionales constituye un fondo de solidaridad universal, del que se reparten las ayudas. El año pasado, OMP España aportó 1.675.912,92 €, el 6,13% de las ayudas totales. Por orden de la Asamblea de OMP, reunida en Roma cada mes de Mayo, destinó su aportación a África, Asia y Oceanía. El país que más ayudas recibió de OMP España fue R. D. Congo. Theodore Kanyiki, sacerdote diocesano, nació y se formó allí, y afirma que «nuestros seminarios funcionan con la ayuda de Obras Misionales Pontificias al 90%. Yo soy fruto de ello».
La Iglesia Española celebra la Jornada de Vocaciones Nativas, en la que se anima a los fieles a colaborar con esta ingente labor a través de 3 vías: las colectas en las Misas del domingo, los donativos puntuales o periódicos en la web de OMP, y el sistema de becas de formación. Con una aportación de 350 euros, se paga un curso de un seminarista o novicio. Con 1.000 euros se cubre media formación de un futuro sacerdote, y con 2.000 euros, el seminarista tendrá cubiertos íntegramente los gastos de su formación.