Tras la polémica O'Brien pidió perdón a los feligreses católicos y admitió que su conducta sexual no fue apropiada
Enorme revuelo en Gran Bretaña por las declaraciones del arzobispo Antonio Mennini, nuncio del Papa en el Reino Unido, que ha salido en defensa del cardenal Keith O’Brien castigado y exiliado por el Papa a causa de su «conducta sexual inapropiada». El propio purpurado reconoció haber cometido abusos sexuales sobre varios seminaristas.
«El cardenal O’Brien hizo muchas cosas buenas y realizó un buen trabajo para la Iglesia», sentenció el Nuncio papal ante las cámaras de la BBC.
Mennini, que pasa por ser uno de los diplomáticos de mayor experiencia y prestigio de la Iglesia catóica, aseguró que, a pesar de «sus errores», el purpurado escocés «hizo mucho bien a la Iglesia».
Las declaraciones del Nuncio en el Reino Unido contrastan con la decisión del Papa Francisco de imponer al cardenal escocés la obligación de exiliarse al menos durante un largo tiempo de oración y penitencia.
Monseñor Mennini sostiene, en cambio, que «no podemos juzgar al cardenal solo por ests temas graves, porque en toda persona conviven el negro y el blanco, lo positivo y lo negativo».
El cardenal católico británico, la figura más veterana de la Iglesia católica en el Reino Unido, renunció a su cargo como arzobispo de Edinburgo y St Andrews el pasado mes de febrero pocos días después de que algunos medios de comunicación británicos sacaran a la luz la denuncia de cuatro religiosos ante el nuncio del Papa en el Reino Unido, en la que aseguraban haber sido víctimas de «comportamientos inapropiados» por parte del cardenal en la década de los 80.
Tres sacerdotes y una cuarta persona que en la actualidad estaba casada y con hijos, denunciaron haber sufrido abusos por parte del cardenal cuando estudiaban en un seminario. Esta última víctima aseguraba que precisamente abandonó el sacerdocio cuando O’Brien fue nombrado obispo.
El escándalo, a pocas semanas del cónclave, precipitó la renuncia de O’Brien que, a sus 75 años, tenía previsto retirarse tras la elección del nuevo papa. La iglesia católica emitió entonces un comunicado en el que el cardenal explicó que no viajaría a Roma para evitar la «atención mediática». Finalmente Benedicto XVI aceptó su renuncia, oficialmente, «por motivos de edad».
Tras la polémica O’Brien pidió perdón a los feligreses católicos y admitió que su conducta sexual no fue apropiada. «Pasaré el resto de mi vida en retiro. No voy a desempeñar ningún papel en la vida pública de la Iglesia Católica de Escocia», dijo entonces.
Además de arzobispo de St Andrews y Edimburgo desde 1985, el cardenal británico originario de Irlanda del Norte es presidente de la Conferencia de Obispos de Escocia y muy conocido a nivel mediático por sus declaraciones contra las uniones homosexuales y a favor de una revisión del celibato que permita a los sacerdotes católicos contraer matrimonio.