Quieren que con la JMJ la "misión de la evangelización nocturna llegue a las cuatro esquinas del mundo"
El fervor religioso de los católicos más devotos no está reñido con la diversión y en Brasil ambos se han fusionado en las «cristotecas», fiestas de música electrónica celebradas en iglesias donde el «electro house» se mezcla con la catequesis.
Las «cristotecas» o «guateques santos» han proliferado en barrios pobres de la periferia de grandes ciudades como Río de Janeiro y São Paulo, proporcionando a los religiosos un poderoso instrumento para llevar el mensaje de la Biblia a los más jóvenes, a la vez que estos se divierten lejos de las tentaciones del pecado.
«Sabemos que la música tiene un poder muy grande de penetrar el corazón y cuando esa música tiene como objetivo anunciar una buena noticia, que es la palabra de Dios, no tenemos duda de que será eficaz en la vida del joven», dijo a Efe el DJ Vítor Sales antes de participar en una «cristoteca» itinerante la noche de este sábado.
Envuelto en humo blanco, con una Biblia en mano, el pinchadiscos hizo una breve oración, se santiguó y dio rienda suelta a la fiesta, que tuvo lugar en un salón anexo a la iglesia de Santa Bárbara y Santa Cecilia, una humilde parroquia en el barrio carioca de Vigario Geral.
«A partir de ahora el cielo se va a abrir y el infierno va a temblar», bramó una voz distorsionada como preludio del ritmo sincopado y envolvente del «electro house», salpicado con alabanzas al espíritu santo, que irrumpió con un volumen atronador en la sala y que también se oía en la iglesia vecina, donde unas mujeres rezaban.
En el repertorio de canciones de la «cristoteca» figuraban temas con nombres tan sugerentes como «Bailando en Cristo», «Adoremos a María» o «Invade mi Alma».
El público, un centenar de jóvenes que en su mayoría no superaban los 15 años, bailó hasta la media noche en esta fiesta que solo se diferencia de las seglares porque no se permiten el alcohol, las drogas o los escarceos sexuales.
Un pequeño grupo de colaboradores, debidamente uniformados con una camiseta azul, se mezcla con el público para advertir a los adolescentes si cruzan alguna línea moral intolerable dentro de un templo católico.
«Algunas chicas se dejan llevar por la música y son demasiado sensuales», comentó una voluntaria de la iglesia empleada en esta tarea policial.
Sales recordó que el origen de estas fiestas electrónicas se remonta a 2003, por iniciativa del sacerdote conocido como Padre DJ Zeton, entonces considerado como «osado».
«Yo conocí la ‘cristoteca’ en un retiro espiritual en Sao Paulo. Me quedé encantado porque oí a un DJ tocar música católica y me dije: ¡caramba, esto es en mi Iglesia, entonces es posible!«, relató Sales.
La expansión del movimiento llevó a los pinchadiscos a unirse en noviembre de 2011 en la Pastoral de Evangelización Nocturna, un grupo creado bajo el paraguas del episcopado brasileño y que cuenta con 78 DJs inscritos, casi la mitad de ellos en Río de Janeiro.
Los DJs católicos también cuentan con un programa semanal en la Radio Catedral, medio oficial de la Archidiócesis de Río, que es conducido por Sales.
Muchos de los temas han salido de la cabeza del productor y DJ André Jordão, que explicó que a veces adapta canciones de iglesia, a las que aplica un «ropaje electrónico» del agrado de los jóvenes, pero la mayoría de las veces acude a la inspiración divina.
«Lo primero que hago es ponerme en oración delante del Señor y le pido que me dé una orientación de lo que quiere hablar, de qué mensaje quiere traer. En ese momento siento la propuesta de Dios de qué debo hacer», afirmó Jordão.
El plan más inmediato de los responsables de la «cristoteca» es usar el altavoz de la Jornada Mundial de la Juventud, que presidirá el papa Francisco entre los próximos días 23 y 28 en Río de Janeiro, para que la «misión de la evangelización nocturna llegue a las cuatro esquinas del mundo», en palabras de Sales. (RD/Agencias)