La República Centroafricana sigue siendo un caos absoluto y sus cuatro millones y medio de habitantes sufren a diario los abusos sin cuentos de esta banda de criminales que ha tomado el poder
(JCR).- Hablaba en mi post anterior de cómo en algunos países africanos hay signos esperanzadores de que la .democracia se abre paso. Hoy, por desgracia, tengo que hablar de la otra cara de la moneda, la de los conflictos en África, que siguen siendo un azote que no cesa para muchas poblaciones.
Esta semana están pasando cosas muy graves en dos países que desde hace tres años forman parte de mi vida porque paso allí buena parte del año: la República Centroafricana y la República Democrática del Congo (la provincia de Kivu Norte en el Este del país). Como de costumbre, los medios de comunicación españoles no han mostrado ningún interés en ninguno de estos atormentados lugares.
Empiezo con lo más reciente: la reciente agresión de los rebeldes del M23 y sus padrinos ruandeses contra la población de Goma, en el Este del Congo, que empezó el pasado miércoles 21 de agosto. Después de la ocupación de esta ciudad y la posterior retirada de los insurgentes tutsis en noviembre del año pasado, siguieron varios meses de calma hasta que en mayo y en julio el M23 intentó, sin éxito, hacerse con posiciones estratégicas cerca de esta ciudad que tiene casi un millón de habitantes.
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