La diplomacia vaticana ya ha establecido contactos con Naciones Unidas y las principales potencias mundiales afectadas
(Jesús Bastante).- «¡No más guerras!«. El grito de millones de hombres y mujeres de la Tierra, que luchan contra la más que posible -¿inevitable?- intervención militar en Siria también es el grito del Papa Francisco, que ha convocado una vigilia de ayuno y oración por la paz este sábado en el Vaticano. Una convocatoria a la que podría sumarse el gran Muftí de Siria, Ahmad Badreddin Hassou.
De hacerlo, sería la primera vez en la historia en que un líder musulmán se traslada a la Santa Sede para compartir oración con el sucesor de Pedro.
Este sábado, desde las siete de la tarde, arrancará una solemne y emotiva vigilia de oración por la paz en la plaza de San Pedro presidida por Francisco y a la que se espera asistan decenas de miles de personas. En todo el mundo, además, numerosos gobiernos e instituciones civiles, sociales y religiosas se han sumado a la iniciativa. Y no sólo en el orbe católico. Grupos evangélicos de Estados Unidos y Centroeuropa también se unirán a la iniciativa y, lo que es más relevante, todas las mezquitas de Siria.
De hecho, el gran mufti de Siria, Ahmad Badreddin Hassou, expresó su deseo de estar presente este sábado en la plaza de San Pedro junto a Francisco. Según informó Fides, el líder espiritual del Islam sunita en el país formuló esta petición ante el Nuncio en Damasco, Mario Zenari, quien la trasladó ante las autoridades vaticanas. En el caso de que fuera imposible que Hassou se trasladara hasta Roma, las comunidades islámicas del país rezarán simultaneamente con el Papa.
Según explicó el mufti, «todos se dan cuenta que el papa es un padre que tiene en su corazón el futuro del pueblo sirio, y que quiere proteger a toda la sociedad siria, en sus diversas componentes, para que no sea destruida por las divisiones religiosas o por los fanatismos».
En caso de que se produzca, la imagen de ambos líderes, católico y musulmán, orando juntos por la paz en la plaza mayor de la Cristiandad daría la vuelta al mundo. Y supondría un golpe de efecto, quien sabe si tumbativo, ante las aspiraciones de quienes buscan a toda costa una acción militar en Siria.
La oración por la paz irá unida de un llamamiento contra el uso de la fuerza y los asesinatos de seres humanos, proceda de quien proceda. Junto a la vigilia, el Papa convocó el pasado viernes una reunión de los representantes de la diplomacia vaticana para estudiar las posibles «líneas que adoptar» sobre la situación en Medio Oriente y sobre todo para promover la paz en Siria.
Del mismo modo, ya se han establecido contactos, al más alto nivel, con Naciones Unidas y las principales potencias mundiales afectadas, desde Estados Unidos y Rusia, pasando por Israel o Irán. Y es que, como dijo Francisco, «los líderes mundiales tienen que hacer todo lo que sea posible para evitar la guerra».