Ucrania, Rusia, EE.UU. y la Unión Europea llegaron el jueves pasado en Ginebra a un acuerdo para desarmar a las milicias irregulares prorrusas y a desalojar las sedes oficiales
La autoproclamada república popular de Donetsk y el gobierno de Ucrania se tomaron ayer, en vísperas del Domingo de Resurrección, un respiro en su tensa pugna.
Hoy se cumplen dos semanas desde la toma de la sede del gobierno regional de Donetsk y de la sede del Servicio de Seguridad de Ucrania en la ciudad de Lugansk, ambas ocupadas hasta por activistas prorrusos que exigen un referéndum de autodeterminación para las dos regiones rusohablantes.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano confirmó ayer la suspensión de la fase activa de la operación antiterrorista declarada en el norte de la región y centrada en las ciudades de Slaviansk y Kramatorsk, bastiones de la protesta prorrusa y sus milicianos armados.
Ucrania, Rusia, EE.UU. y la Unión Europea llegaron el jueves pasado en Ginebra a un acuerdo para desarmar a las milicias irregulares prorrusas y a desalojar las sedes oficiales.
Moscú, acusada por Kiev de instigar la sublevación, prometió cooperar para la aplicación del acuerdo, lo que debe ser supervisado por observadores internacionales. No obstante, las milicias prorrusas insisten en que antes deben desarmarse grupos ultranacionalistas del oeste, como el Sector de Derechas, y desmantelarse la acampada en la plaza Maidán, corazón de las protestas en Kiev.
Ayer milicias prorrusas tomaron la torre de televisión en Kramatorsk (Donetsk), interrumpieron la transmisión de los canales nacionales y conectaron la televisión rusa.
(RD/Agencias)