¡No sé si vamos a poder vivir sin que Francisco y esta Iglesia filipina se reúnan de vez en cuando!
(Luis G. Sobrado, Filipinas).- Día del viaje de vuelta a Roma del Papa Francisco. La tormenta tropical Amang («El Padre») baja de intensidad y ya se la califica como depresión tropical. Como si el cielo de Filipinas anunciara la despedida del «Tifón Francisco». Hoy toma el vuelo de regreso a Roma, saliendo a las 10.00 horas del aeropuerto Villamor de Manila y con llegada a Roma (Fiumicino) prevista para las 5.40 de la tarde de hoy (horario de Italia).
La jornada de Francisco comenzó con el encuentro de los líderes religiosos más significativos en Filipinas. Este encuentro fue organizado en coordinación con el NCCP (Consejo Nacional de las Iglesias de Filipinas). Estuvieron presentes los líderes de diferentes religiones (musulmanes, hindúes, budistas, ortodoxos y denominaciones cristianas. Fue lo que los filipinos llaman un «kumustaha», un saludo breve donde el secretario del Consejo de las iglesias habló en nombre de los diferentes líderes religiosos.
Dos referencias fundamentales
Una, agradecimiento a Francisco, expresado por el secretario del NCCP, por su ejemplo que anima a las iglesias a colocar a los pobres en el centro de su atención y actividad.
Dos, un recordarse mutuamente que el conflicto violento que se da en Mindanao – sin aparente solución a la vista – tiene una fuerte componente religiosa. Las diferentes religiones y denominaciones religiosas de Filipinas tienen el deber ineludible de ser motores de reconciliación. Esta reconciliación, en busca de la paz duradera pasa por el trabajo valiente y comprometido de los líderes de las diferentes religiones y denominaciones religiosas en Filipinas. Solamente, superando las injusticias y desigualdades escandalosas que se están dando en esta isla, se puede soñar con la paz tan anhelada.
Percibo este encuentro, dentro del marco de una visita papal, como un signo más de la fuerza ecuménica y de diálogo que puede aportar un líder religioso que ha centrado humilde y claramente su programa en el servicio y cercanía a los pobres.
Francisco vuelve a quedarse sin palabras – encuentro con los jóvenes filipinos
El encuentro con 30.000 jóvenes procedentes de todas las parroquias de Filipinas, y la gran mayoría de familias humildes, se organizó alrededor del testimonio de cuatro de ellos.
El primer testimonio procedió de Gisela Palomar, de Tacloban, una de las víctimas del tifón Yolanda que además fue violada a una tierna edad.
El testimonio de Gisela fue conmovedor
La pregunta de esta niña de doce años a Francisco, después de narrar todo el dolor y la experiencia profunda de pérdida de quien se ve de repente y todavía en su niñez, privada de sus seres queridos, del techo, y de su propia inocencia, le robó al Papa los papeles del discurso que iba a leer en inglés.
Francisco y Gisela se fundieron en un abrazo tierno, prolongado: pura fusión de corazones asustados por tanto dolor. Gisela, finalmente, y entre sollozos que la ahogaban al recordar toda aquella tragedia, ante todos aquellos jóvenes, hizo la pregunta inevitable: «Santo Padre, ¿Por qué Dios ha dejado que nos pasara esto?»
Con un Papa, visiblemente emocionado, dejando los papeles en las manos de su asistente, Francisco contestó humildemente: «!Tu pregunta no tiene respuesta!»
Y le salió espontáneamente un poema en prosa sobre el llanto de los corazones pobres:
«Solamente, cuando lloramos contigo podemos ayudarte a encontrar una respuesta!»
Y siguió hablando del corazón compasivo y tierno que lo deja todo para estar con el que sufre. La necesidad de llorar con el que llora. Aprender a llorar. El don de lágrimas – comunión con el sufrimiento de Dios y el sufrimiento de mis hermanos y hermanas. Las lágrimas de Nuestro Señor Jesucristo.
Creo que vale la pena recoger este discurso espontáneo de Francisco y grabarlo en las paredes de nuestras casas y en lo más humano de nuestros corazones.
Toda la sesión de preguntas y de las reflexiones de Francisco con el corazón en la mano no hizo ya más que crecer en sintonía de simpatía mutua. Todos aquellos miles de jóvenes se sentían escuchados en cada uno de los testimonios impactantes. Hoy, es posible hablar a los jóvenes, por lo menos a los jóvenes de Filipinas de Dios, de Jesús, de María y de los valores que nos vivifican y nos dan la alegría de vivir. Para gente como yo que estoy hecho para vivir, amar, servir, ayudar a dar sentido a su vida entre los jóvenes de hoy, es todo un mensaje, una lección de primera categoría de Pastoral de Jóvenes.
Una vez más, gracias Francisco
Eucaristía de clausura: enamorados para siempre!
Esta primera visita de Francisco a Filipinas fue de esos encuentros que se pueden calificar de «enamoramiento a primera vista». Parece que el Buen Dios – el Padrecito Eterno, como dicen los campesinos Salvadoreños – hubiera estado gestando desde toda la eternidad esta Iglesia filipina y este Papa Che para para encontrarse y ayudarnos a todos a soñar de nuevo: «Nunca dejéis de soñar!»
«Que el Santo Niño continúe bendiciendo Filipinas y os sostenga en vuestra vocación maravillosa de ser testimonios y misioneros del gozo del evangelio, en Asia y en todo el mundo!» Y no os olvidéis de rezar por mí!» Estas fueron las palabras de despedida de Francisco.
Y aquella multitud de más de seis millones de corazones orantes estallaron al unísono en una sinfonía de voces y canto que llenaba los cielos de Manila.
Recuerdo, cuando en 1995 en el marco de la eucaristía de la Jornada Mundial de la Juventud, se reunieron más de 5 millones de filipinos junto con Juan Pablo en Manila. Se hablada de la mayor concentración de gente en la historia de la humanidad. Hoy, veinte años más tarde, tenemos un Papa Che que sigue convocando nuevos records de multitud.
Recuerdo también, escuchando a Obama en una entrevista que concedió a una de las cadenas de televisión, después de su primer encuentro con Francisco, hacer esta observación:
«Este Papa Francisco llena un rol necesario en nuestra sociedad contemporánea. Es la persona que nos recuerda y nos habla y a quien escuchamos con poderosa atracción de los valores importantes de la vida. Nelson Mandela desempeñó este rol durante un tiempo. Ahora es este hombre en el Vaticano«.
¡No sé si vamos a poder vivir sin que Francisco y esta Iglesia filipina se reúnan de vez en cuando! ¡Un abrazo para todos los lectores de RD!