El 24 de marzo, un Airbus A320 de la compañía Germanwings procedente de Barcelona en dirección Düsseldorf se estrelló en los Alpes franceses, dejando 150 muertos, entre ellos, 72 alemanes y 50 españoles
El cardenal de Colonia, Rainer Maria Woelki, presidió este mediodía en la catedral de esta ciudad alemana el funeral por las 150 víctimas del accidente de Germanwings. En un acto ecuménico, concelebrado con la jefa de la Iglesia Luterana en Westfalia, Annette Kuschus, Woelki se preguntó «por qué un Dios todopoderoso y que nos ama permite que sucedan cosas como ésta«, lo que lleva a otra gran pregunta: «¿Por qué los hombres hemos de sufrir y hemos de morir en esta tierra?».
El acto ecuménico contó con la presencia de los familiares de las víctimas, así como representantes de los gobiernos español, francés y alemán. De nuestro país, la representación ha llegado de la mano del ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, mientras que de Francia ha acudido el secretario de Estado de Transportes Alain Vidalies. Por parte germana, las más altas representaciones: el presidente Joachim Gauck y la canciller Angela Merkel.
La música del coro ha dado inicio a la ceremonia en la catedral, en la que se han colocado 150 velas junto al altar mayor, una por cada uno de los fallecidos, incluido el copiloto que presuntamente provocó de forma deliberada la catástrofe.
Woelki ha señalado que el objetivo de este acto ecuménico es recordar a las víctimas, pero tambien ayudar a los que se quedan a «encontrar sentido«. En el exterior de la catedral de Colonia se han instalado pantallas gigantes desde las que miles de personas siguen el acto, sumándose así a los 1.400 invitados con acceso a la catedral. Entre ellos se encuentra el alcalde de Haltern am See, la localidad que perdió a toda una clase de escolares de 15 años y a sus dos profesoras cuando volvían de un intercambio en España.
Sentados en la primera fila, la canciller y el presidente alemán, Joachim Gauk, tenían el rostro serio al escuchar el réquiem que precedía al servicio religioso ecuménico. Junto a la catedral se ha instalado una pantalla gigante, y el acceso al templo ha permanecido bloqueado con barreras y guardias de seguridad desde primera hora de la mañana.
Un pequeño y sencillo ángel de madera, repartido hoy durante el funeral de Estado celebrado en la catedral de Colonia por las víctimas de la tragedia aérea de Germanwings, intentará dar esperanza y recordar en Alemania, España y Francia a los muertos, sus familiares y las personas que les asistieron.
En uno de los momentos más emotivos de la ceremonia, Sarah, familiar de una de las víctimas; el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el secretario de Estado francés de Transportes, Alain Vidalies, recogieron estos ángeles de manos de dos de los miembros de los equipos de asistencia psicológica a los allegados de los fallecidos.
También hubo un pequeño ángel para el presidente alemán, Joachim Gauck, en recuerdo a todas las personas de otras nacionalidades muertas en el siniestro, y para la presidenta del estado federado de Renania del Norte Westfalia, Hannelore Kraft, en representación de los equipos de apoyo y rescate.
La última figurita fue entregada al presidente de Germanwings, Thomas Winkelmann, en memoria de la tripulación del avión que cubría la ruta entre Düsseldorf y Barcelona y que se estrelló en los Alpes franceses, presuntamente por la acción deliberada del copiloto.
Desde el jueves, 150 cirios blancos decoran el coro de la catedral, de cuyo pórtico pende una inmensa bandera blanca con una cruz negra. En el templo se encuentran representantes de algunos de los países que se vieron sacudidos por la tragedia.
El 24 de marzo, un Airbus A320 de la compañía Germanwings procedente de Barcelona en dirección Düsseldorf se estrelló en los Alpes franceses, dejando 150 muertos, entre ellos, 72 alemanes y 50 españoles. Según los primeros elementos de la investigación, el avión fue estrellado voluntariamente por su copiloto, Andreas Lubitz, que padecía problemas psiquiátricos.
(RD/Agencias)