Otras iglesias negras han congregado a sus fieles para procesar la tragedia, fortalecerse en el camino del perdón y renovar su compromiso con el activismo social que los ha hecho blanco de la intolerancia durante generaciones
La histórica iglesia afroestadounidense donde nueve personas fueron asesinadas a tiros reabrió este domingo para una ceremonia religiosa. Los servicios en la iglesia afroamericana comenzaron a las 9:30 de la mañana; a las 10:00 las campanas de la ciudad sonaron en honor de las víctimas.
La iglesia afroamericana reabrió para ofrecer un servicio religioso tras la masacre de esta semana. Los 1,200 asientos se ocuparon rápidamente con residentes, dignatarios y miembros de los medios de comunicación. Los asientos se ocuparon rápidamente.
Para algunos, Charleston es conocida como la «Ciudad Santa», por la gran cantidad de iglesias con las que cuenta.
El servicio comenzó con un mensaje de amor, recuperación y sanación. «Todavía creemos que la oración cambia las cosas, pero principalmente, nos cambia a nosotros», dijo el reverendo Norvel Goff. El pastor interino de la iglesia donde nueve personas fueron baleadas fatalmente dice que el haber reabierto tan pronto las puertas de ese templo «envía un mensaje a todos los demonios en el infierno y en la Tierra».
Goff dijo a la gran multitud que asistió al servicio dominical: «Estamos mandando un mensaje a todos los malvados».
«La única manera en que el mal puede triunfar es cuando la gente buena se sienta y no hace nada«, agregó. En el acto se cantaron himnos y se recordó a los nueve miembros muertos a tiros durante el estudio bíblico de la noche del miércoles.
Las emociones estuvieron a flor de piel. Cientos de feligreses, algunos en lágrimas, colmaban la Emanuel African American Episcopal Church para el oficio religioso, celebrado por el pastor visitante, ya que el de la congregación se cuenta entre los asesinados por Dylann Roof, un supremacista blanco de 21 años que declaró buscar una guerra racial.
«Gracias a Dios, Aleluya, que el diablo no puede controlarlos a ustedes y el diablo no puede apoderarse de vuestra iglesia», dijo el reverendo Norvel Goff. Posteriormente una veintena de feligreses visitaron el sótano de la iglesia, donde nueve miembros de esa congregación histórica negra fueron baleados fatalmente días atrás.
Algunos se abrazaron y lloraron, mientras que un hombre optó por sentarse en reflexión tranquila. En una de las paredes del sótano colgaba la fotografía del fallecido pastor principal de la iglesia, el reverendo Clementa Pinckney.
Fuera de la iglesia, donde un improvisado monumento cubre toda la acera, una multitud se reunió para escuchar el servicio a través de los altavoces. La noche de este domingo se ha programado la realización de una cadena humana, que los organizadores esperan recorra desde Charleston hasta Mount Pleasant, al otro lado del río Cooper.
Varias cuadrillas de trabajadores limpiaron el sábado el recinto del templo donde se cometieron los asesinatos, al tiempo que algunos miembros de la iglesia ingresaron por primera vez desde el ataque.
Harold Washington, de 75 años, estaba con el grupo y vio el lugar donde las víctimas fueron baleadas. «Hicieron un buen trabajo de limpieza. Había algunos agujeros de bala en el lugar pero se hicieron arreglos para que no se vean«, afirmó.
Washington auguró que será conmovedor el servicio religioso del domingo y que acudirá un gran número de personas.
«Va a venir gente a la que nunca hayamos visto y probablemente nunca volveremos a ver, y eso está bien», dijo. «Es una iglesia del Señor… uno no rechaza a nadie».
Esa misma actitud de bienvenida prevalecía en el templo cuando Roof ingresó al estudio de la Biblia en el lugar, declaró Felecia Sanders, que sobrevivió a los disparos, durante la audiencia en la que se fijaría la fianza al joven detenido. Sanders perdió a su hijo Tywanza en la agresión.
La iglesia ha sido desde hace mucho tiempo la piedra angular y el núcleo de la vida afroamericana en Estados Unidos. También ha sido blanco del odio de los racistas y los supremacistas blancos.
Otras iglesias negras han congregado a sus fieles para procesar la tragedia, fortalecerse en el camino del perdón y renovar su compromiso con el activismo social que los ha hecho blanco de la intolerancia durante generaciones.
(Rd/Agencias)