En los centros a los que les mandan ha habido muertes violencias, violaciones sexuales...
Varias iglesias anglicanas en Australia han invocado el concepto de santuario para ofrecer cobijo a los buscadores de asilo que se enfrenta a una posible expulsión del país oceánico, informan hoy los medios locales.
«Estamos reinventando, redescubriendo o reintroduciendo el antiguo concepto de santuario como el último esfuerzo para ofrecer un sentido de esperanza a aquellos que se sienten increíblemente desesperados», declaró el reverendo Peter Catt, de la iglesia anglicana de Brisbane, al canal ABC.
La decisión se da un día después de que el tribunal Superior de Australia avalara la política gubernamental de detener y enviar a inmigrantes indocumentados a países terceros.
Unos 267 buscadores de asilo, entre ellos 39 niños y 33 bebés, se encuentran en territorio australiano para recibir tratamiento médico, tras lo cual podrían ser enviados a Naurú y la isla papuana de Manus, donde Australia cuenta con prisiones para los inmigrantes.
«Muchos de nosotros estamos al final de nuestra paciencia por el resultado de las intenciones del Gobierno de enviar niños a Nauru», remarcó Catt, quien abrirá las puertas de la catedral de San Juan en Brisbane, en el este del país, a los buscadores de asilo.
Según el reverendo, el concepto de santuario, una medida usada en la Edad Media para escapar de las autoridades civiles, no ha sido probado bajo las leyes australianas.
«Pero mi impresión es que si las autoridades optan por entrar en la iglesia y llevarse a la gente, podrían probablemente enfrentarse a acciones legales», apuntó el religioso.
El ministro de Inmigración, Peter Dutton, señaló, en declaraciones a la «radio 2GB», que la iglesia no está por encima de la ley. «En el fondo, la gente tiene que respetar las leyes australianas independientemente de lo que son», sentenció Dutton.
Activistas y la ONU han denunciado la detención de inmigrantes en terceros países, que Australia recuperó en 2012, y las condiciones en estos centros, donde ha habido motines, muertes violentas y violaciones sexuales en medio de una «cultura de secretismo».
Muchos de los inmigrantes han huido de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria, y otros que han escapado de la discriminación o de la condición de apátridas como las minorías rohinyá, de Birmania, o bidún, de la región del Golfo.
(RD/Agencias)