Al encerrarse en el silencio, nuestro cardenal ha perdido toda credibilidad. Esa es la razón de que hagamos hoy un llamamiento al papa Francisco, que tiene nuestra confianza. Para nosotros, es la referencia moral suprema
El primer ministro de Francia, Manuel Valls, ha pedido al arzobispo de Lyon, el cardenal Philippe Barbarin, que «asuma sus responsabilidades» después de que una asociación de víctimas haya lanzado duras críticas por no haber llevado a la justicia y haber tapado los delitos cometidos por un sacerdote pederasta. «Nunca, nunca, nunca he encubierto el mínimo acto de pederastia», ha sido la respuesta del purpurado.
«Tiene que asumir sus responsabilidades, hablar y actuar», ha afirmado Valls en una entrevista en la emisora francesa RMC.
El cardenal Barbarin, por su parte, ha negado las acusaciones en una conferencia de prensa paralela a la reunión eclesiástica. «Jamás he encubierto actos de pederastia», ha dicho, según France Presse. Philippe Barbarin, denunciado por encubrimiento, y también acusado de puesta en peligro de la vida ajena y provocación al suicidio, en un caso vinculado con el sacerdote Jérôme Billioud.
Una primera denuncia presentada contra Billioud en 2009 quedó archivada porque los actos habían prescrito, y otra se presentó en febrero contra Barbarin, que se dio a conocer hoy.
El demandante, un hombre que tiene ahora 42 años y tenía 16 y 19 cuando sucedió la presunta agresión, señaló en el diario «Le Figaro» que el cardenal no hizo nada para apartar a ese sacerdote de su cargo, pese a que supuestamente estaba al tanto de su comportamiento.
«Nunca, nunca, nunca he encubierto el mínimo acto de pederastia», dijo hoy Barbarin en conferencia de prensa, en la que añadió que tras esa nueva denuncia ha pedido a Billioud que deje de ejercer su ministerio hasta que la Justicia se pronuncie.
Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal francesa, Georges Pontier, señaló hoy a sus obispos que es prioritario esclarecer la actual polémica que ha sacudido la diócesis de Lyon por presuntos casos de pederastia.
«Esclarecer la verdad para las víctimas. Esa prioridad debe guiar todas nuestras acciones en estos casos tan dolorosos», dijo en la apertura en Lourdes de la asamblea plenaria episcopal, en la que participan unos 120 obispos.
Este martes, presuntas víctimas de abusos por parte de un cura de la diócesis de Lyon, en el sur de Francia, escribieron una carta al Papa Francisco para solicitarle una audiencia privada en el Vaticano y explicaciones sobre la gestión de ese caso, que ha salpicado también a Barbarin.
Los firmantes, agrupados en la asociación La Parole Liberée, se presentan como víctimas del «cura pederasta Bernard Preynat» y destacan que «mucha gente fue cómplice por su comportamiento y su silencio en los años setenta«.
El diario Le Parisien publica extractos de esa misiva y recuerda que la polémica en la diócesis lionesa afecta a ese sacerdote, que en los años 90 fue trasladado de parroquia para evitar el escándalo, y también al arzobispo de Lyon, Philippe Barbarin, denunciado por encubrimiento.
El primero, de 71 años, fue imputado el pasado enero por presunta agresión sexual, mientras que el segundo es objeto de una investigación judicial por ausencia de denuncia y puesta en peligro de la vida ajena.
«Tenemos la impresión de que nuestra petición de verdad avergüenza y de que la palabra no es bienvenida», dicen los tres firmantes, que piden al Papa que dedique tiempo para conocerles y les ayude a «entender» cómo un sacerdote del que se conocía su comportamiento pudo estar en activo hasta el pasado agosto.
Las tres presuntas víctimas, según Le Parisien, quieren saber por qué el arzobispo no le relegó antes, pese a que estaba informado desde 2007, y por qué tardó seis meses en aplicar la sanción dictada en Roma, que le prohibió el contacto con niños.
«Al encerrarse en el silencio, nuestro cardenal ha perdido toda credibilidad. Esa es la razón de que hagamos hoy un llamamiento al papa Francisco, que tiene nuestra confianza. Para nosotros, es la referencia moral suprema», dice al diario uno de esos tres remitentes, Bertrand Virieux, cardiólogo de profesión.
En la carta enviada a Roma y firmada en Lyon no le piden la destitución del arzobispo, pero al dirigirse a él directamente, añade el rotativo, sus firmantes saben que van a contar con alguien que va a estar a la escucha.
Francisco, el primer papa latinoamericano y el primero jesuita, instituyó en mayo de 2013 una comisión para prevenir los casos de pederastia en la Iglesia y, mediante un motu proprio, aprobó la reforma del código penal de la Santa Sede, que contempla y refuerza las sanciones contra esa práctica.
(RD/AGencias)