Con el Papa, oramos por las víctimas, estamos cerca de los heridos, las familias afectadas por un inmenso dolor, los miembros de las minorías cristianas afectadas una vez más por la violencia fanática, y de todo el pueblo paquistaní herido
El atentado suicida que causó al menos 72 muertos en Pakistán golpea con «violencia fanática» a «miembros de las minorías cristianas», indicó el domingo por la noche el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi.
En una declaración a la prensa, Lombardi afirmó que el Papa Francisco fue informado de esta «horrible masacre de decenas de inocentes, que proyecta una sombra de tristeza y angustia sobre la fiesta de Pascuas».
«Una vez más el odio homicida afecta vilmente a las personas que están menos protegidas. Con el Papa, oramos por las víctimas, estamos cerca de los heridos, las familias afectadas por un inmenso dolor, los miembros de las minorías cristianas afectadas una vez más por la violencia fanática, y de todo el pueblo paquistaní herido», añadió el portavoz.
Al menos 72 personas murieron en un atentado suicida el domingo por la noche cerca de un parque de Lahore, gran ciudad del este de Pakistán, donde cristianos celebraban las fiestas de Pascua.
En Pakistán, grupos islamistas armados han tenido como objetivo a la minoría cristiana que representa cerca del 2% de la población de este país mayoritariamente musulmán sunita de 200 millones de habitantes.
Un nuevo balance de muertos ha aumentado a 72 personas, ha indicado Muhamad Usman, alto responsable administrativo de la ciudad de Lahore. «Las operaciones de socorro continúan», ha añadido, tras agregar que medio centenar de niños han resultado heridos.
La masacre ha sido reivindicada por la facción talibán Jamaat ul Ahrar, que ha desvelado que su objetivo eran «los cristianos». «Se trata de un atentado suicida. El parque estaba lleno este domingo», ha declarado Haider Ashraf, oficial de Policía.
Para auxiliar a los heridos «hemos necesitado la ayuda del Ejército. Los militares llegaron al lugar y ayudan en las tareas de rescate y seguridad», ha precisado por su parte Muhamad Usman.
Según este alto responsable, mujeres y niños figuran entre las víctimas y el balance podría subir, puesto que hay varios heridos «en estado crítico».
La deflagración se produjo en un aparcamiento cerca del parque Gulshan-e-Iqbal, próximo al centro de la ciudad, donde la comunidad cristiana celebraba el domingo de Pascua.
«Condeno con firmeza el atentado de Lahore en el que nuestros ciudadanos inocentes, entre ellos mujeres y niños, perdieron la vida», ha declarado a través de la red social Twitter el líder de la oposición paquistaní, Imran Khan.
Un médico, el doctor Ashraf, ha descrito escenas de horror en el hospital Jinnah donde trabaja. «Hasta ahora hemos recibido más de 40 cuerpos y más de 200 heridos. La mayoría se encuentran en estado crítico. Temo que el balance se agravará». «Los atendemos en el suelo y en los corredores, y siguen llegando», ha agregado.
El parque Gulshan-e-Iqbal, muy popular entre la población, estaba especialmente lleno este domingo de primavera cuando la comunidad cristiana celebraba el domingo de Pascua en Lahore, ciudad de 8 millones de habitantes.
Javed Ali, residente de Lahore, de 35 años, cuya casa está situada enfrente de la entrada al parque, ha dicho que escuchó «una enorme explosión (que) hizo estallar las ventanas». «Todo temblaba, la gente gritaba y había polvo por todas partes«.
En Pakistán, grupos islamistas armados tienen como objetivo a la minoría cristiana que representa cerca del 2% de la población de este país mayoritariamente musulmán suní de 200 millones de habitantes.
En los últimos años, varias iglesias fueron objetivo de ataques en Lahore, bastión del Primer ministro Nawaz Sharif, en la provincia de Penyab.
Algunos cristianos también fueron acusados de haber ofendido al islam, crimen al que se aplica la pena de muerte en Pakistán, según la controvertida ley sobre la blasfemia.
Previamente, se han registrado enfrentamientos en la capital Islamabad y en la ciudad de Rawalpindi. Unos 25.000 partidarios de un islamista ahorcado el mes pasado, Mumtaz Qadri, desfilaron violentamente, con piedras, pese a la intervención de policías que lanzaron gases lacrimógenos.
El Ejército fue desplegado en la capital para «controlar» la situación y garantizar la seguridad de la zona alrededor del Parlamento, donde los manifestantes se congregaron en la noche, dijo por Twitter un portavoz del Ejército.
La ejecución el 29 de febrero de Mumtaz Qadri, un policía que mató en 2011 al gobernador Salman Taseer, fue percibido como un momento clave en la lucha contra el extremismo religioso, pero esta ejecución molestó a muchas corrientes islámicas, que se manifestaron masivamente en el sepelio de Mumtaz Qadri.
(RD/Agencias)