Farrell había sido trasladado de parroquia en parroquia en la diócesis de Armidale, luego para acabar en Parramatta, al oeste de Sídney
(Cameron Doody).- El cardenal George Pell -actual «ministro» de Economía del Vaticano y exarzobispo de Sídney, Australia- tuvo conocimiento directo de un sacerdote pederasta activo en la provincia eclesiástica por la que fue responsable. Esto es lo que ha trascendido de la vista de la Real Comisión australiana sobre las Respuestas Institucionales al Abuso Sexual de Menores de este jueves, tras la cual este tribunal especial ha hecho público un dossier de documentos nuevos que detalla las actividades de John Farrell, cura pedófilo de la diócesis de Armidale, estado de Nueva Gales del Sur, que fue encarcelado en el año 2012.
En el 2002, una víctima de Farrell -cuyo nombre no puede ser revelado- mandó una carta al metropolitano de la provincia en la que se encuentra la diócesis de Armidale, el entonces arzobispo Pell, exigiendo una «explicación más profunda» de la manera en la que la Iglesia había tratado su caso. Envió una copia también al entonces obispo de Armidale, Luc Matthys, y ahora esta carta ha sido admitido como prueba por la Real Comisión.
Pese a que la víctima había denunciado «el abuso sexual severo y prolongado» al que fue sometido a manos de Farrell como monaguillo en Armidale en la década de los 80 -acusación que vuelve a repetir en la misiva a Pell y Matthys- se queja de que no parezca que se ha tomado ninguna medida en contra del sacerdote supuestamente abusador. De hecho, Farrell había sido trasladado de parroquia en parroquia en la diócesis de Armidale, luego para acabar, al final, en Parramatta, al oeste de Sídney. Y esto pese a que las acusaciones de su conducta pedófila había empezado a llegar a la jerarquía tan pronto como en el año 1984, y entre otros, en 1992, a un sacerdote –John Usher– quien años después sería canciller de la diócesis de Sídney en la curia de George Pell.
En su carta a Pell y Matthys la víctima del sacerdote Farrell expresa su deseo de «reunirme con usted [Pell] o otra persona apropiada en la Iglesia … para tratar de mi situación en más detalle». Según oyó la Real Comisión, este deseo fue satisfecho por Matthys, quien contestó a la víctima por carta y luego le animó a ir a la policía con sus alegaciones y a quien pagó un curso de tratamiento psicológico.
La documentación publicada por la Comisión este jueves revela, por primera vez, que Pell asimismo contestó al perjudicado. «No le puedo expresar adecuadamente la pena y remordimiento que sentí al leer su carta», escribió Pell. Pero aunque Pell también exhortó a la víctima de Farrell que denunciara el cura a la policía -y le prometió la ayuda de la Iglesia y que referiría su caso al Grupo de Estándares Profesionales de la provincia- el pederasta no estaría entre rejas hasta el año 2012. Tras una investigación por un grupo policial especial, el sacerdote John Farrell acabó condenado por 62 delitos de abusos cometidos contra 12 víctimas.