Lucas y sus co-conspiradores sí consiguieron que el sacerdote denunciante prometiera que no hablaría más del asunto
(Cameron Doody).- Asesores de George Pell en Sidney forzaron a un sacerdote a que admitiera que la confesión de un pederasta que este religioso detalló en una carta a la diócesis fue inventada.
La presión de la curia de Sidney al sacerdote Wayne Peters ha sido desvelada durante los encuentros de la Real Comisión australiana sobre la actividad pedófila del sacerdote abusador John Farrell.
En 2012 el programa televisivo australiano Four Corners denunció el caso del pederasta Farrell, asunto que escandalizó al público australiano no solo por la gravedad por sus crímenes sino por las medidas que la Iglesia tomó para encubrirlos.
Four Corners sacó a la luz detalles de una reunión que tuvo lugar en 1992 a propósito de la denuncia de una víctima de Farrell que fue presidida por tres sacerdotes: Wayne Peters, Brian Lucas y John Usher. Aunque los abusos que esta víctima de Farrell denunció en aquel momento habían ocurrido en la diócesis de Armidale, el cura depredador ya residía en la diócesis de Parramatta (sufragánea de Sidney). Fue por esa razón que la reunión fue convocada en la catedral de Sídney.
Preguntado por la razón por la que la Iglesia no tomó ninguna medida contra Farrell tras aquella reunión en 1992, Pell, arzobispo de Sidney en 2012, contestó que como el sacerdote no hizo ninguna confesión de sus crímenes la archidiócesis solo pudo recomendar que se le apartara. Su defensa fue desmontada por el programa televisivo al emitir extractos de una carta escrita por Peters al entonces obispo de Armidale detallando los abusos que Farrell había cometido, en sus propias palabras.
De ahí la trascendencia de los documentos admitidos la semana pasada por la Real Comisión sobre las Respuestas Instituciones al Abuso Sexual de Menores. Notas de archivo de la propia archidiócesis de Sidney entregadas a la Comisión revelan que dos días después de la emisión del reportaje sobre Farrell- en el que Pell había faltado a la verdad al explicar la respuesta de la Iglesia a los crímenes del pedófilo- la curia de Sidney conspiró para salvar a su jefe. Se confabularon para forzar a Peters a que admitiera al programa televisivo que su carta detallando la confesión de Farrell hubiera sido «adornada».
Los presentes en la reunión convocada de emergencia en la curia de Sídney después de la apariencia desastrosa de Pell en el programa televisivo incluyeron a Danny Casey, entonces contable en jefe de la archidiócesis de Sídney y actual gerente de proyectos en la Secretaría de Economía del Vaticano dirigida por Pell. Aun así, fue el padre Brian Lucas -actual director de las Obras Misionales Pontificias en Australia- el encargado de presionar a Peters y de responder ante el público por la controversia que la carta de Peters había suscitado. Aunque Peters le dijo a Lucas, supuestamente, que seguiría manteniendo la veracidad de la misiva publicada por Four Corners, Lucas y sus co-conspiradores sí consiguieron que el sacerdote denunciante prometiera que no hablaría más del asunto con ningún medio de comunicación.
Farrell no respondería ante la justicia por sus crímenes hasta mayo de este año, mes en que fue condenado a un mínimo de 18 años de prisión por ofensas cometidas contra un total de 12 víctimas.