El tema fue el rol de los gobiernos para promover el diálogo interreligioso, el papel de las redes sociales y la educación ciudadana en la amistad, solidaridad, tolerancia y respeto mutuo
(Guillermo Gazanini, corresponsal en México).- Quizá, como nunca, el papel de las religiones tiene una importancia fundamental en el desarrollo de los pueblos. El encuentro se propicia por la facilidad de las comunicaciones ayudando a la expansión y comprensión de las ideas religiosas que pueden motivar al diálogo aún bajo las amenazas de los fundamentalismos y expresiones radicales que dañan al mundo entero.
Delegaciones de México, Indonesia, Corea del Sur, Turquía e Indonesia (MIKTA) fueron convocados para asistir a Yogyakarta con el objetivo de analizar las implicaciones del diálogo interreligioso y fortalecer los lazos de respeto y tolerancia en un mundo donde los radicalismos religiosos parecen arrinconar a las democracias. El MIKTA, grupo que aglutina a estos cinco países, reunió en Indonesia a sus mejores especialistas para revisar, además, el impacto y responsabilidad del uso de los medios de comunicación en la difusión del pensamiento religioso.
México fue representado por tres investigadores y académicos. Platiqué con el maestro Ricardo Próspero Morales Arroyo, especialista en Ciencias de la Familia, investigador de la Universidad Anáhuac y Coordinador del Centro Evangelii Guadium, uno de los estudiosos del ecumenismo y del diálogo interreligioso más serios y reputados en el ámbito académico mexicano. Aquí la entrevista:
Del 18 al 19 de octubre, en Indonesia, se reunieron representantes de diversos países para tratar temas relativos al diálogo interreligioso, ecuménico y cultural. Estuviste en esa reunión representando a México en la delegación oficial. ¿Qué implicaciones tiene esto para nuestro país?
El MIKTA que reúne a México, Indonesia, Corea del Sur, Turquía y Australia, es un grupo de países en crecimiento y desarrollo los cuales, en el futuro, tendrán economías fuertes. Su previsión les ha llevado a unir lazos en diferentes ámbitos sea económicos y políticos o culturales. Los países del MIKTA envían a sus representantes reuniéndose una o dos veces por año en diversos eventos. Así surgió la idea de realizar un encuentro sobre la importancia del diálogo interreligioso y se llevó a cabo del 18 al 19 de octubre por invitación del gobierno de Indonesia.
En el caso de México, invitados por la Secretaría de Relaciones Exteriores, pudimos asistir tres personas: el sacerdote diocesano Ricardo González, profesor de Teología dogmática de la Universidad Pontificia; el Dr. Francisco Solís, coordinador de investigación de la Universidad Anáhuac y un servidor.
¿MIKTA es una organización dependiente de las Naciones Unidas?
Es una reunión informal de países; su compromiso en diversas áreas es fuerte. Las reuniones tienen cuatro años de realizarse. La de octubre es la primera en cuanto a la importancia del diálogo interreligioso, de la relación y paz entre los pueblos, más en situación de violencia en donde las religiones han salido lastimadas.
¿Qué aspectos tocaron durante esta reunión?
El trabajo duro, el trabajo académico, fue en el primer día en tres sesiones. El tema fue el rol de los gobiernos para promover el diálogo interreligioso, el papel de las redes sociales y la educación ciudadana en la amistad, solidaridad, tolerancia y respeto mutuo en ambientes de extremismos religiosos manifestados en actos terroristas.
¿En qué consistió la participación de representación mexicana de la cual formaste parte?
México participó como espectador en el evento y speakers, un servidor en el tema de las redes sociales; el padre Ricardo en las cuestiones del terrorismo y el Dr. Paco Solís como discutidor en el ámbito de las redes.
Es importante este tema de las redes sociales como herramienta de tolerancia y de paz…
Desde luego, todos sabemos que los medios de comunicación son usados por las religiones para difundir distintos temas, pero no han sido muy exitosos. Por lo general en el tema de los canales de televisión religiosos, son necesarios los donadores para sostenerse. Son excepcionales los casos que han sobrevivido para realizar sus propósitos; sin embargo, las redes sociales no necesitan de canales de televisión o de programas de radio, cualquiera puede, a través de Facebook, tuiter o youtube, difundir materiales de manera libre y espontánea. En cuanto al diálogo interreligioso en las redes sociales es sumamente estimado y valorado, ahí se promueven ideas de paz y, sobre todo, el encuentro entre personas independientemente de las creencias religiosas o nacionalidad.
Hay un punto intermedio: el camino del diálogo y la tolerancia, pero existen los extremos, los fundamentalismos. En el tema de las redes sociales, ¿no estaríamos en el riesgo de la banalización de la religión?
Creo que es inevitable que algunos usen las redes sociales de esta manera. En algunos medios se difunden videos invitando al reclutamiento para sostener posturas radicales y es cierto que debe haber una responsabilidad en el papel de los gobiernos y de las empresas que patrocinan estas herramientas para suprimir estas conductas radicales que no ayudan al fomento de la paz entre los pueblos.
¿Cómo es Indonesia? ¿Qué tanto se vive en tolerancia en un país de mayoría musulmana?
La experiencia fue extraordinaria. El origen y la cultura de ese país, evidentemente, son diferentes a los nuestros. Encuentras un templo católico con fieles que representan a una minoría religiosa y que tiene una importante participación en el hinduismo y el budismo.
En la ciudad del evento, Yogyakarta, se aprecia el diálogo natural y espontáneo entre budistas, hindús, católicos y musulmanes. Podemos ver mezquitas y templos del hinduismo o budismo, templos católicos y mezquitas, donde la gente se saluda y respeta. Hay que destacar el papel destacado de la mujer en donde participa de forma común en todas las áreas de la vida social, algunas de ellas portan el velo de manera muy sencilla sin que les cubra todo el cuerpo. Yogyakarta es un ejemplo en el mundo de esta convivencia interreligiosa.
¿Cuál es el papel de la Iglesia católica y su relación con las otras religiones en Indonesia?
Podemos dar una respuesta a nivel de fe y de forma social. La Iglesia católica hace una contribución cultural aportando el conocimiento que tiene de oriente y de occidente en la interpretación de los valores que todas las religiones promueven; desde el punto de vista de la fe, la aportación es humilde, en un ambiente minoritario donde expresa el anuncio de Buena Noticia de Jesucristo y, no obstante las diferencias y diversidades, los creyentes católicos aceptan el Evangelio, se animan a practicarlo en Indonesia, eso es muy motivador y lleno de esperanza confrontándome de forma personal al ver cómo ellos, siendo minoría, tienen un enorme celo apostólico, una fe ardiente sin apatía o desdén como muchas veces vemos en occidente.
Los participantes del MIKTA, el equipo de Indonesia, eran evidentemente musulmanes; sin embargo, debe decirse que fueron extremadamente respetuosos con los miembros de las delegaciones de los demás países y sus expresiones religiosas, nos atendieron de forma excepcional y generosa, realmente fue un ejemplo para conocer cómo el Islam puede llegar a ser una religión que se preocupa por la paz, que escucha y que no pone barreras por la violencia frente a las diferencias. La impresión que tuve es que el diálogo interreligioso es posible en un lugar con millones de habitantes, casi el triple de la población de México, donde el respeto y amistad pueden darse independientemente de las creencias.
¿Cómo fue la invitación que les hizo la Secretaría de Relaciones Exteriores para representar a México?
Desde el 2010, en la Universidad Anáhuac, fue fundada la cátedra en ecumenismo y diálogo interreligioso. Hemos realizado un trabajo de investigación, docencia, difusión y vinculación con distintos organismos en este tema fascinante. La Universidad en estos seis años ha construido puentes y fincado proyectos donde hemos palpado la necesidad de fortalecer más esta área del diálogo fundando así el Centro «Evangelii Gaudium» en alusión de la Encíclica del Santo Padre Francisco, la Alegría del Evangelio, a partir del diálogo con los otros.
Hace un par de meses nos contactaron de la Dirección de MIKTA en la Secretaría de Relaciones Exteriores y nos invitaron para que México tuviera representantes con experiencia en el diálogo interreligioso. Se hicieron las gestiones necesarias y tuvimos la fortuna de estar en Indonesia.
Participaron como académicos de una Universidad de inspiración cristiana e invitados a un encuentro para fomentar el diálogo interreligioso. ¿Esto no sería contrario a los principios del Estado laico mexicano?
Como speaker, ante un público musulmán, mencioné que precisamente, gracias a las reformas de los años 90 en materia religiosa, se puede llevar una relación, seria y formal de las instituciones religiosas con las entidades gubernamentales. Creo que debe reconocerse las bondades de los cambios legales para promover un acercamiento y relaciones serias entre gobierno y religiones abriéndose así los aspectos de inclusión de religiones minoritarias.
Esto ha despertado un dinamismo interreligioso como país y creo que hemos dado pasos para ser una sociedad de vanguardia en comparación con otros lugares del mundo. En México, el diálogo interreligioso es una oportunidad de reconocernos y apreciarnos.
Aunque el diálogo interreligioso en México es todavía tímido, prácticamente en pañales…
Creo que hacemos nuestro trabajo, hay que entender que en este país, predominantemente cristiano, hemos dado pasos interesantes en el diálogo y acercamiento con otras religiones y grupos evangélicos. Hace unas semanas, las marchas en favor de la familia, de manera insólita, pudieron unir a iglesias evangélicas y a la católica. Esto muestra el diálogo y colaboración entre las denominaciones cristianas.
Representar a México en esta reunión del MIKTA no es cualquier cosa. Hay una responsabilidad para que, en nuestro país, se difundan estas ideas de diálogo y tolerancia. ¿Qué pensamiento tendrías al respecto?
Primeramente aclaro que soy un académico de la Universidad Anáhuac, no el portavoz oficial del gobierno mexicano. En Indonesia tuve libertad de expresión, pero si bien conformé la delegación oficial, no es la opinión del gobierno mexicano. Eso lo agradezco y valoro, por tener esta libertad.
La experiencia, el encuentro con otras culturas, me permitió conocer a la gente de Indonesia aún en nuestro idioma, a pesar de ser tan diferentes. Encontré generosidad, hospitalidad y respeto, una actitud favorable al diálogo y apertura. El gobierno de Indonesia dio relevancia a esta reunión. Ellos tienen problemas de pobreza y de corrupción, pero los políticos se mostraron interesados y preocupados por el diálogo interreligioso. Esto me motivó como académico, en México tendemos a ser muy críticos; sin embargo, debemos reconocer las cosas buenas en nuestro país a pesar de lo momentos dolorosos y violentos que hemos padecido.
¿Cuándo será la siguiente reunión del MIKTA en torno al diálogo interreligioso?
Sé que la agenda va cambiando, se reunirán para tratar otros temas. Este fue el primer evento de acercamiento cultural, desconozco si habrá otro de diálogo interreligioso, pero es previsible que pudiera convocarse en otros lugares aun cuando hayan otras prioridades de índole político y económico.
Y si hay otra reunión de esta naturaleza, seguro estarás ahí representando a México…
Yo estoy dispuesto. El investigador académico muchas veces puede encerrarse en sus libros e investigaciones, creo que el académico debe tener disponibilidad y humildad para la búsqueda de la verdad. En el diálogo interreligioso es lo más importante y si un gobierno te pide que lo representes, con humildad y sin la soberbia intelectual de la que muchas veces adolece el académico, ahí estaré y si hay alguien que lo haga mejor, pues adelante. Hay una gran necesidad de diálogo acompañado de humildad y prudencia, no todo el que dice «quiere dialogar» realmente lo hace porque hay muchos entusiasmados a costa de renunciar a la propia identidad y creo que, académicamente, eso no es diálogo. La misma religión pone límites claros, el magisterio lo indica y las reuniones ecuménicas señalan que las Iglesias no renuncian a su identidad y diferencias, pero aceptan que son capaces de trabajar juntos por aquello en lo que coinciden, realmente hay más puntos de unión. Es una gran labor, un campo gigante y en la aldea global es inevitable el diálogo con otros. Tenemos la responsabilidad de trabajar juntos para encontrarnos como humanidad.