Esta anexión de facto de la tierra no sólo socava los derechos de los Palestinos en zonas como Hebrón y Jerusalén Este, sino que, como reconoció recientemente la ONU, pone también en peligro la posibilidad de paz
(J.B./Agencias).- «Cincuenta años de ocupación requieren acción«. Éste es el título del rotundo comunicado con el que obispos de todo el mundo, reunidos en Tierra Santa, tachan de «escándalo» la ocupación israelí de los territorios palestinos, al tiempo que piden a los cristianos que se opongan a los asentamientos y a los muros».
Así lo reclaman en el comunicado final del encuentro de la Coordinadora de las Conferencias episcopales para la Iglesia en Tierra Santa y la Asamblea de Obispos de Católicos de Tierra Santa, ‘Holy Land Coordination’ (HLC), que ha tenido lugar del 13 al 19 de enero de 2017.
«Todos tenemos la responsabilidad de oponernos a la construcción de asentamientos. Esta anexión de facto de la tierra no sólo socava los derechos de los palestinos en zonas como Hebrón y Jerusalén Este, sino que, como reconoció recientemente la ONU, pone también en peligro la posibilidad de paz», señala el comunicado, que incide en la necesidad de «prestar atención al pueblo de Gaza» que «continúa viviendo en medio de una catástrofe humanitaria».
«Han pasado una década bajo bloqueo, agravado por un estancamiento político causado por la mala voluntad de todas las partes», añaden los obispos firmantes, que animan a «la resistencia no violenta» ante esta situación. Al tiempo, denuncian la «injusticia» de la construcción del muro del Valle de Cremisán.
«Todos los cristianos tienen la responsabilidad de promover una solución de dos Estados«, concluye el texto, que incide en que «si Israel y Palestina no están de acuerdo en existir uno al lado del otro, reconciliados y soberanos dentro de fronteras mutuamente acordadas y reconocidas internacionalmente, la paz seguirá siendo un sueño distante y la seguridad una ilusión».
Este texto está firmado por los obispos Declan Lang y William Kenney (Inglaterra y Gales); Riccardo Fontana (Italia); Stephen Ackermann (Alemania); Peter Bürcher (Conferencia Episcopal de los Países Nórdicos); Oscar Cantú (EEUU); Christopher Chessun (Iglesia de Inglaterra); Michel Dubost (Francia); Lionel Gendron (Canadá); Félix Gmür (Suiza); Nicholas Hudson (Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea; y William Nolan (Escocia); con el apoyo del secretario general del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa y Peter-John Pearson, de la Conferencia Episcopal de Sudáfrica.
Éste es el comunicado:
«Cincuenta años de ocupación requieren acción»
Durante cincuenta años, la Ribera Occidental (West Bank), Jerusalén Este y Gaza han languidecido bajo ocupación, violando la dignidad humana tanto de los Palestinos como de los Israelíes. Este es un escándalo al que nunca debemos acostumbrarnos.
Nuestra Coordinadora ha pedido justicia y paz cada año desde 1998, pero el sufrimiento todavía continúa. Así que esta llamada debe hacerse aún más fuerte. Como Obispos imploramos a los Cristianos de nuestros países de origen que reconozcan nuestra propia responsabilidad en la oración, la conciencia y la acción.
Mucha gente en Tierra Santa ha pasado toda su vida bajo la ocupación, con su segregación social polarizadora, pero todavía profesa esperanza y lucha por la reconciliación. Ahora, más que nunca, merecen nuestra solidaridad.
Todos tenemos la responsabilidad de oponernos a la construcción de asentamientos. Esta anexión de facto de la tierra no sólo socava los derechos de los Palestinos en zonas como Hebrón y Jerusalén Este, sino que, como reconoció recientemente la ONU, pone también en peligro la posibilidad de paz.
Todos tenemos la responsabilidad de prestar asistencia al pueblo de Gaza, que continúa viviendo en medio de una catástrofe humanitaria causada por el hombre. Han pasado una década bajo bloqueo, agravado por un estancamiento político causado por la mala voluntad de todas las partes.
Todos tenemos la responsabilidad de alentar la resistencia no violenta que, como nos recuerda el Papa Francisco, ha logrado grandes cambios en todo el mundo. Esto es particularmente necesario ante las injusticias tales como la construcción continua del muro de separación en tierras palestinas, incluyendo el Valle de Cremisán.
Todos tenemos la responsabilidad de promover una solución de dos estados. La Santa Sede ha subrayado que «si Israel y Palestina no están de acuerdo en existir uno al lado del otro, reconciliados y soberanos dentro de fronteras mutuamente acordadas y reconocidas internacionalmente, la paz seguirá siendo un sueño distante y la seguridad una ilusión».
Todos tenemos la responsabilidad de ayudar a la Iglesia local, sus agencias, voluntarios y oenegés. En las circunstancias más probadas muestran una gran capacidad de recuperación y realizan un trabajo que cambia la vida. Es nuestra fe en Dios que nos da esperanza. Es el testimonio de los cristianos en Tierra Santa y especialmente de los jóvenes que conocimos, lo que nos inspira.
La Biblia nos dice: «Declararéis santo el año cincuenta y promulgaréis por el país la liberación para todos sus habitantes» (Levítico 25,10). Durante estos cincuenta años de ocupación debemos orar por la libertad de todos en la Tierra Santa y apoyar de manera eficaz a todos aquellos que trabajan para construir una paz justa.