Como primera mujer presidenta en el mundo étnico chino, aspiro a estar a la altura de sus palabras, mientras me dedico a mejorar el bienestar del pueblo taiwanés
(C. Doody/Agencias).- ¿China o Taiwán? Cualquier acercamiento al primer país por parte del Vaticano implicaría un alejamiento del segundo. Esa es la delicada tesitura política en la que hay que situar la nueva carta que la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, ha dirigido al Papa Francisco, agradeciendo su mensaje de no violencia y llamando a todos los actores a una «nueva era de paz» en el estrecho de Formosa.
La carta, enviada el 5 de enero, respondía al mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz, el 1 de enero de 2017, y subrayaba que el actual Gobierno taiwanés tiene voluntad de diálogo con China.
«Agradezco con todo corazón su mensaje sublime y profundo y coincido plenamente con él», manifestó la mandataria en la misiva, difundida este viernes por la Oficina Presidencial, en la que también agradeció al pontífice su enfoque en la democracia, la libertad y los derechos humanos y le felicitó por el establecimiento del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral.
En cuanto a las relaciones que su país mantiene actualmente con la penísula, Tsai apuntó que «sobre la base de muchos años de experiencia durante mi carrera política en las negociaciones a través del estrecho de Formosa, estoy convencida de que la acción militar no puede resolver los problemas».
La presidenta isleña enfatizó que está totalmente comprometida con el logro de unas relaciones pacíficas, estables y predecibles con China, y resumió: «nuestras promesas no cambiarán, nuestra buena voluntad no cambiará, no cederemos ante la presión y no volveremos al viejo camino de la confrontación».
Tsai pidió al Partido Comunista de China que «deje de lado el bagaje de la historia y entable un diálogo positivo», en su carta al jefe del Vaticano, el único Estado europeo que mantiene lazos diplomáticos con Taiwán.
La presidenta, consciente de que el Vaticano y China protagonizan un acercamiento que puede llevar al cambio de los lazos de la Santa Sede con Taiwán, describió la actual postura china como de «conflicto de suma cero que causa tensión en la región y ansiedad entre nuestros pueblos».
Tsai reiteró su compromiso con el «statu quo» en el estrecho de Formosa (que separa Taiwán de China), que constituye una «estabilidad duramente ganada» y también se refirió al papel de la isla en la ayuda humanitaria y de refugiados.
«Como primera mujer presidenta en el mundo étnico chino, aspiro a estar a la altura de sus palabras, mientras me dedico a mejorar el bienestar del pueblo taiwanés y a crear una nueva era para la paz a través del estrecho», dijo Tsai al Papa Francisco.
La carta se envió en un momento de crecientes presiones chinas sobre la isla y de escalada en la disputa de soberanía entre Taipei y Pekín.
Desde que Tsai habló por teléfono con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, el 2 de diciembre de 2016, China ha enviado aviones y un portaaviones cerca de Taiwán y ha arrebatado a la isla un aliado diplomático, el archipiélago africano de Santo Tomé y Príncipe.