A las monjas no las atacaron. Algunos de mis curas se escondieron bajo las camas y luego huyeron. Pero nadie salió herido
(Juan José Aguirre, obispo de Bangassou).- Las cosas ayer se complicaron en Bangassou. Una mujer musulmana y embarazada, fue raptada por los antibalakas, dos de Cáritas con sus familias raptados por los musulmanes del campo del seminario… 29 personas y la mujer que han sido canjeados esta mañana, los de Cáritas con golpes…
Entre tanto, por la tarde, un grupo de 10-12 exaltados de los musulmanes salieron del campo y vinieron a la catedral.
Mis curas huyeron y ellos rompieron las lunas de 10 coches entre ellos el negro mío, quemaron 12 motos y un almacén, rompieron la puerta de mi casa pero no llegaron a entrar, robaron en dos habitaciones de mis curas… La Minusca marroquí supo del ataque, pero no se movió hasta que todo acabó.
Luego vinieron a asegurar la catedral pero cuando todo había ya terminado y estaba patas arriba. Los curas no han querido dormir en sus cuartos esta noche porque la Minusca no les daba confianza.
Yo hablé con los responsables de la Minusca pidiendo el cambio del campo a otro lugar y que apresaran a estos exaltados que todos conocemos con nombres y apellidos y hemos pedido cien veces que se les detenga. Pero estos exaltados nos amenazan sin que el resto del campo esté de acuerdo con ellos.
El día se pasó bien con el canje de rehenes, pero todo el mundo tiene miedo y se teme otro choque frontal de musulmanes contra no musulmanes. He hablado en radio France internacional pidiendo calma.
Algunos me llaman y me dicen que me fui de Bangassou y se lió otra vez. Que no volverán a dormir a la catedral hasta que no llegue yo con Jesús, el nuevo Obispo auxiliar, el viernes... Pero entonces ya todo el mundo se habrá calmado.
Hoy mientras descargábamos los contenedores, me llamaban por teléfono mucha gente de Bangui dándome ánimos. Lo importante es que nadie haya muerto. Los coches, las motos… me moveré con el coche sin parabrisas, así me da el aire… Encontrar otro en Centroafrica es trabajo de mucha paciencia…
A las monjas no las atacaron. Algunos de mis curas se escondieron bajo las camas y luego huyeron. Pero nadie salió herido.
Abrazos para todos