El despliegue del THAAD "fue llevado a cabo sin el consenso de la población, razón por la cual debiera ser considerado"
Un llamado a una «paz verdadera» entre las dos Coreas fue llevado a cabo durante la ceremonia inter-religiosa desarrollado en Seoingiu en conmemoración del 64 aniversario del fin de la guerra y la proclamación de la tregua que aún sigue vigente.
El 3 de agosto, católicos, protestantes y budistas recordaron aquel 27 de julio de 1953 que marcó el fin del conflicto, pero en el cual faltó un cierre de paz.
«Si la paz no se afirma de modo definitivo en la península coreana se derrumbará la paz en todo el noreste de Asia, y la península coreana se convertirá en un barril de pólvora listo para explotar y hacer estallar otra guerra», afirmó monseñor Hyginus Kim Hee-joong, presidente de la Conferencia episcopal coreana. Y continuó diciendo: «Nosotros necesitamos un tratado de paz, y no sólo uno de tregua».
Monseñor Kim Hee-Joong luego reafirmó una vez más la oposición de los obispos al THAAD (Terminal High Altitude Area Defense), el sistema de defensa anti-misiles proyectado e implementado por los Estados Unidos para hacer frente a eventuales ataques de Pyongyang.
«Querer instalar la paz con las armas es algo ilusorio», sostuvo. «El THAAD no puede traer la paz a Corea».
El arzobispo de Kwangju agregó que el despliegue del THAAD «fue llevado a cabo sin el consenso de la población, algo que debiera ser considerado. Para [lograr] la paz, tendremos que trabajar juntos para la preparación de un tratado».
En la celebración participaron cerca de 400 personas, pertenecientes a todas las expresiones religiosas presentes en Corea del Sur.
(RD/AsiaNews)