Se puede admitir que son "un matrimonio de acuerdo con la ley" del país

Un obispo australiano califica de «anomalía» que no se reconozca legalmente a las parejas gays

Bill Wright apela al "bien común" para justificar que se las incluya en las "estructuras reconocidas"

Un obispo australiano califica de "anomalía" que no se reconozca legalmente a las parejas gays
Bill Wright, obispo de Maitland-Newcastle (Australia) mnnews.today

Voten por lo que crean será mejor para nuestra comunidad australiana, ahora y para las generaciones futuras

(Cameron Doody).- Vincent Long, el obispo de Parramatta, no es el único de los prelados australianos que piensa que un católico puede votar en conciencia por el matrimonio gay. El obispo de Maitland-Newscastle, Bill Wright, también sostiene que «hace más para la paz y armonía comunales que las parejas gay tengan un lugar en las estructuras reconocidas que lo hace que se las excluye».

Wright arranca su tribuna en el portal mnnews.today reconociendo que el impulso para el reconocimiento del matrimonio homosexual «parece surgir del deseo de parejas gay de tener una ceremonia reconocida de forma oficial que formalice su compromiso, y luego de otorgársela a su relación un reconocimiento legal y social». Deseos que al obispo le parecen legítimos, dado que «en una sociedad donde las relaciones gay son legales y las parejas gay pueden adoptar y criar a niños, es una anomalía legal que su relación en sí misma no tenga un estatus legal claro».

Si bien es cierto que, actualmente, la Iglesia no puede reconocer como un «matrimonio» sin más a una unión entre personas del mismo sexo, sí la puede reconocer como un «matrimonio de acuerdo con la ley australiana», afirma Wright. De la misma forma y en las mismas condiciones en las que ya reconoce, de hecho, a todo un abanico de matrimonios de iure, como las segundas nupcias de personas divorciadas o los casamientos de personas sin intención de tener hijos. Matrimonios todos que la Iglesia sí reconoce como válidos, según el obispo de Maitland-Newcastle, «no porque cuadren con la doctrina de la Iglesia o un ideal moral», sino en función de la ley del país, en cuanto «buena norma práctica para las personas viviendo en esta sociedad en este momento».

Así es como llega el obispo Wright a la conclusión de que «semejante argumento del ‘bien comun’ puede hacerse que, en nuestra sociedad plural, hace más para la paz y armonía comunales que las parejas gay tengan un lugar en las estructuras reconocidas que lo hace que se las excluye». Pero eso solo en términos de «la reconocimiento estatal del matrimonio gay como cuestión de ley», ya que el prelado admite que «muchos de mis hermanos obispos, y mucha otra buena gente, están haciendo una pregunta diferente» sobre las uniones de personas del mismo sexo.

Quedan dudas por resolver, concluye el obispo de Maitland-Newcastle, sobre las «consecuencias sociales» de legalizar las nupcias homosexuales. Sus repercusiones en la cohesión social, por ejemplo, en la libertad religiosa de aquellos que no pueden en buena conciencia oficiar o participar de ninguna otra forma en una boda gay, o en el derecho de las iglesias y escuela de seguir enseñando «la visión cristiana tradicional del matrimonio». Pero lo importante, urge Wright, es que los fieles «piensen y hablen mucho sobre ello» y que «recen». «Miren más allá de los eslóganes y anécdotas», implora el prelado, «y voten por lo que crean será mejor para nuestra comunidad australiana, ahora y para las generaciones futuras».

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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