El misionero marista cree que Francisco "va a poner a Bangladesh en el mapa"

Eugenio Sanz: «Para los católicos, la visita del Papa es un honor y un reconocimiento»

"Quizá haya alguna concesión del gobierno con respecto a los visados a misioneros"

Eugenio Sanz: "Para los católicos, la visita del Papa es un honor y un reconocimiento"
El hermano Eugenio Sanz

Aquí, mucha gente cree que el jefe de los cristianos en el mundo es el presidente de los Estados Unidos

(José M. Vidal).- El hermano marista Eugenio Sanz lleva años en Bangladesh, dedicado a la atención de niños, jóvenes y adultos que, en régimen de semiesclavitud, se dedican a la recolección del té. Cree que la próxima visita del Papa pondrá al país en el mapa, tenderá puentes con el Islam e, incluso, podría conseguir una mayor apertura del Gobierno hacia los católicos. Para estos últimos, la presencia de Francisco es un «honor y un reconocimiento a la vivencia de su fe en medio de un océano musulmán».

¿Qué significa la visita del Papa a un país como Bangladesh?

Yo creo que la visita del Papa va a poner a Bangladesh en el mapa, en muchos casos «literalmente», puesto que mucha gente no sabe ni dónde está. Estoy seguro de que al leer las crónicas de esos días, saldrán a la palestra no sólo la crisis de los Rohingyas, sino cosas como que Bangladesh es el país con mayor densidad de población del mundo, la cantidad enorme de fábricas de textil y las malas condiciones de sus trabajadores/as, la frecuencia con la que es azotado por catástrofes naturales (inundaciones, terremotos, ciclones cada año), el caos en la capital Dhaka que hace de ella la peor ciudad para vivir del mundo, las tensiones políticas que convulsionan el país cada vez que hay elecciones, el crecimiento industrial y económico a pesar del gobierno, la corrupción rampante y abiertaen todos los sectores de la administración, etc, etc. Por otra parte, no creo que salgan a relucir las situaciones de infrahumanidad que se dan en colectivos concretos como los trabajadores del té, los obreros del desguace de barcos, los pescadores de marisco, los niños trabajadores… todas ellas podrían calificarse como semiesclavitud, o esclavitud moderna.

¿Y para la minoría católica?

Para los católicos es un honor. Un reconocimiento de que existen y siguen fieles a su fe en medio de un océano musulmán que todo lo domina.

¿Qué saben los bangladesíes del Papa Francisco?

Los Bangladeshis no saben casi nada del Papa. Los más intelectuales, aquellos que ven televisiones internacionales, han oído hablar del Papa como un líder en favor de los pobres. Su encíclica Laudato Si fue leída y comentada en alguna universidad. De hecho mucha gente cree que el jefe de los cristianos en el mundo es el presidente de los Estados Unidos. En Bangladesh, el gobierno y la gente no hace ninguna distinción entre católicos y protestantes; lo mismo que en occidente no sabemos nada de la diferencia entre suníes y chiítas.

¿Espera que el Papa tienda puentes, incluso con gestos concretos, con la mayoría musulmana del país?

Creo que sí, que lo intentará. Habrá un acto interreligioso en Dhaka. Quizá haya alguna concesión del gobierno con respecto a los visados a misioneros y a facilitar el envío de fondos para proyectos liderados por organizaciones cristianas, que ahora encuentran dificultades para recibirlos.

¿Cree que denunciará la situación de los rohinya y dará las gracias a Bangladesh por la acogida de estos pobres refugiados?

Sí, creo que lo hará. De hecho, un país que ha batido este año todos los records de lluvia e inundaciones, con un tercio de las tierras bajo el agua y con una densidad de población de 1,000 habitantes por km2, lo último que necesitaba eran 600,000 refugiados. Sin embargo se les ha acogido, aunque en condiciones penosas. Creo que el Papa reconocerá este esfuerzo y abogará por un retorno digno de los Rohingyas a su tierra original en Myanmar.

¿Qué hacen los maristas en Bangladesh?

Los Hermanos Maristas en Bangladesh hemos apostado por contribuir a la dignificación de las gentes de las plantaciones de té del noreste del país a través de la educación. Estamos construyendo un centro educativo destinado mayoritariamente a los niñ@s y jóvenes de esta minoría convencidos de que la educación de calidad es la única salida del agujero negro en el que han nacido. En las plantaciones de té los salarios son el equivalente de 1 dólar al día por largas horas de trabajo sin protección y sin derechos. Gente que vive hacinada en casas de fortuna que ni siquiera les pertenecen. Sin acceso a agua potable, sin instalaciones sanitarias, sin atención médica digna de ese nombre. Con un 25% de alfabetización entre los mayores de 25 años. Los Maristas nos hemos metido en este lío, confiados en la misericordia y la providencia de Dios. Nuestro centro educativo es multireligioso (musulmanes, cristianos e hindúes), multiétnico (22 grupos étnicos están representados) e intercongregacional (Hermanos Maristas, Hermanas Misioneras Maristas, Sacerdotes del Holy Cross, Hermanas de una congregación local). Tratamos de ser un símbolo de diálogo y unidad en esta sociedad. Evangelizamos con nuestro trabajo, con nuestra presencia amable que muestra el rostro de un Dios misericordioso. Y somos evangelizados cada día por los pobres a los que atendemos.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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