El joven bangladeshí será ordenado sacerdote por el pontífice este viernes

El diácono Josim: «Como cura seguiré el ejemplo del Papa de trabajar por los seres humanos»

"Amaré a mi gente, a los pobres e inválidos, a cristianos y a musulmanes"

El diácono Josim: "Como cura seguiré el ejemplo del Papa de trabajar por los seres humanos"
Josim Murmu, joven diácono bangladeshí AsiaNews

Serviré a mi pueblo en la parroquia del Sagrado Corazón en Suihari, donde seré asistente del párroco

(C. Doody/AsiaNews).- «Tú tienes un fuego que arde dentro de ti. No lo apagues». Un día un cura llamó aparte a Josim Murmu, bangladeshí de 30 años, y le recordó que tenía dentro el amor de Jesucristo. Así empezó la historia de la respuesta del joven al llamado al sacerdocio, que culminará este viernes con su ordenación como cura a manos del Papa Francisco.

Josim será el primer sacerdote de su pueblo, situado en el norte de Bangladesh, un lugar donde el 100% de la población está constituida por tribales. Y no sólo eso, puesto que su ejemplo de testimonio cristiano ha llevado a la conversión, primero, de su familia, y luego de la comunidad entera, formada por 800 habitantes.

Josim, a quien AsiaNews ha entrevistado en el Holy Spirit Major Seminary en el barrio de Banani, es uno de los 16 diáconos que serán ordenados por el Papa Francisco este 1 de diciembre, durante la visita pastoral que se dispone a cumplir. La misa se llevará a cabo en el Suhrawardy Udyan Park y para la ocasión se espera cerca de 100.000 personas.

Para Josim, las personas más importantes son su familia y sobre todo, su padre enfermo. «A él le cuesta mucho caminar, pero igualmente vendrá. No puede faltar en el día más importante de mi vida», cuenta.

El diácono, de 30 años de edad, proviene de la localidad de Pollibut, en la diócesis de Dinajpur. Su familia es pobre, el padre es campesino, y la madre se dedica al hogar y los siete hijos (4 varones y 3 mujeres). En el pueblo donde él vive, todos los habitantes son tribales animistas con influencias de la religión hindú.

Al hablar de su vocación sacerdotal, Josim afirma que el encuentro con Cristo se dio cuando él era pequeño, a través del padre Gerome, un sacerdote franciscano.

«Un día vino a verme y me dijo: ‘Josim, vamos a enseñar a esas personas'», cuenta. «Yo fui con él. Después de seguirlo durante un tiempo, nació un deseo: ser como él». El joven le preguntó al sacerdote cómo podía volverse cristiano, pero la respuesta lo sorprendió: «Lo primero que debes hacer es aprender».

Tras un período de preparación y oración, Josim le confiesa a la familia que quiere ser bautizado. Y la familia lo sorprende todavía más: «Ellos estuvieron de acuerdo conmigo, aceptaron mi decisión. Y me dijeron que ellos también querían volverse cristianos. Así que toda mi familia se convirtió«.

En tanto, el joven completa los estudios universitarios de primer nivel (Bachelor of Arts) y decide entrar al seminario de Dinajpur. «Mi deseo era volverme sacerdote, enseñar a las personas, trabajar por ellos, predicar la Buena Noticia, que es Dios».

Su ejemplo de vida es tan potente, y su actitud provoca tanta fascinación, que en cuatro años todo el pueblo de tribales se convierte y es bautizado. «Pero al principio no nos aceptaban», recuerda: «estaban en contra de nosotros y no querían ayudarnos. Eran distintos, tenían muchas tradiciones de la religión hindú, como la adoración de los dioses y las ofrendas a las divinidades. A pesar de ser pobres, donaban lo que tenían. Yo no sabía qué hacer, así que acudí a mi guía espiritual. Y él me dijo: ‘No te preocupes. Vive tu vida, sigue tu decisión hasta el fondo. Ellos entenderán, y poco a poco, también cambiarán su vida».

«Jesucristo vino por mí», continúa el diácono. «Él es mi amigo, mi Dios, mi Creador. Cuando Él vino a este mundo, enseñó a la gente, predicó a las personas. Él ha dado su vida por mí. Y ha venido a la tierra y me ha salvado de mis pecados, ha muerto para salvarme del pecado».

Y después de la ordenación, Josim seguirá su ejemplo. «Iré a testimoniar a Cristo, a predicar el Evangelio». No lo hará a los gritos. «Teniendo un respeto por la fe de cada cual, sea éste budista o musulmán, llevaré la Buena Noticia y seguiré el ejemplo del Papa Francisco de trabajar por los seres humanos. Serviré a mi pueblo en la parroquia del Sagrado Corazón en Suihari, donde seré asistente del párroco. Amaré a mi gente, a los pobres e inválidos, a cristianos y a musulmanes».

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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