Celam destaca la "claridad profética" de la decisión de Francisco

Sant’Egidio: «Todos los católicos están llamados a ser constructores de un mundo sin pena de muerte»

Una llamada a "respetar la sacradliad de la vida humana en todos los continentes"

Sant'Egidio: "Todos los católicos están llamados a ser constructores de un mundo sin pena de muerte"
Pena de muerte Wikimedia Commons

Siempre hay que creer en la fuerza redentora de la misericordia y en la capacidad del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios de redimirse

(Sant’Egidio/Celam).- La Comunidad de Sant’Egidio acoge con aprecio y satisfacción la decisión del papa Francisco de modificar el Catecismo de la Iglesia católica sobre la pena de muerte.

En la nueva formulación del párrafo 2267, la pena capital se define como «inadmisible a la luz del Evangelio porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona». La decisión del Papa es un impulso más para la Iglesia y los católicos, a partir del Evangelio, para respetar la sacralidad de la vida humana y para trabajar en todos los continentes y a todos los niveles para la abolición de esta práctica inhumana.

La Comunidad, que impulsa desde hace años campañas contra la pena de muerte en todo el mundo, se siente aún más parte de esta lucha de civilización y de humanidad. Estamos convencidos de que un día la pena capital desaparecerá de los ordenamientos jurídicos, como en Europa -único continente que hasta el momento ha desterrado la pena de muerte- y como está pasando ya en muchos países, sobre todo de África.

Con esta decisión del papa Francisco todos los católicos están llamados a ser constructores de un mundo sin pena de muerte.

 

 

 

 

Por su parte, la Pastoral Carcelaria de América Latina y El Caribe, a través del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), expresó su gozo por la decisión del papa Francisco de modificar el Catecismo de la Iglesia Católica para «afirmar con claridad profética que la Iglesia rechaza radicalmente la pena de muerte».

«Exhortamos a los Estados donde en la actualidad se aplica a legislar aboliendo la pena de muerte y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a contribuir a crear en la opinión pública una conciencia cada vez mayor en defensa de la vida, desde la concepción«, subrayó.

El comunicado «Sí a la vida, no a la pena de muerte», lleva la firma del presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad (Dejusol) del Celam , monseñor Gustavo Rodríguez Vega, obispo de Nuevo Laredo (México) y del referente latinoamericano de la Pastoral Carcelaria, monseñor Jorge García Cuerva, obispo auxiliar de Lomas de Zamora (Argentina).

 

 

 

 

Texto del comunicado

La Pastoral Carcelaria de América Latina y El Caribe, en comunión con nuestros obispos, a través del Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM, queremos compartir con todo el Pueblo Santo de Dios nuestro gozo en el Espíritu por la decisión del Santo Padre el papa Francisco de modificar el Catecismo de la Iglesia Católica para afirmar con claridad profética que la Iglesia rechaza radicalmente la pena de muerte.

El nuevo texto del Catecismo de la Iglesia Católica cita:

» La Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo» (CIC 2267).

De esta manera el papa Francisco nos invita a obedecer el mandamiento del Señor «no matarás» (Ex 20, 13) y ratifica el principio de la inviolabilidad de la vida y la dignidad humana, la cual » no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves» (CIC 2267).

Según el nuevo texto del Catecismo de la Iglesia » «Se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado. En fin, se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse definitivamente» (CIC 2267).

Exhortamos a los Estados donde en la actualidad se aplica a legislar aboliendo la pena de muerte y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a contribuir a crear en la opinión pública una conciencia cada vez mayor en defensa de la vida, desde la concepción.

Esta modificación la asumimos, tal como lo afirma el cardenal Luis F Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, como un «auténtico desarrollo de la doctrina católica», conscientes de que Francisco es Pedro y como Vicario de Cristo en la tierra tiene la facultad y el deber de enseñar y orientar con base en el depósito de la fe y la tradición.

Como agentes de pastoral que caminamos junto con los privados y privadas de libertad subrayamos que siempre hay que creer en la fuerza redentora de la misericordia y en la capacidad del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios de redimirse.

Los discípulos misioneros de Jesús debemos amar, cuidar y defender la vida humana, toda vida humana, por eso nos unimos al papa Francisco y rechazamos la pena de muerte, al igual que la pena hasta la muerte.

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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