Ha defendido que la presencia minoritaria del cristianismo en el país nipón es "para evangelizar y humanizar, no para convertir".
Más información
El obispo auxiliar de Osaka, el claretiano catalán Josep María Abella, ha destacado hoy que en Japón se respeta más la religión que en Occidente y ha defendido que la presencia minoritaria del cristianismo en el país nipón es «para evangelizar y humanizar, no para convertir».
En un encuentro con periodistas en la Biblioteca de la Facultad de Comunicación y Relaciones Institucionales Blanquerna de la Universidad Ramon Llull, Abella (Lleida, 1949), que es misionero en Japón desde 1975 y que entre 1981 y 1992 fue el Superior de los Misioneros Claretianos, ha reconocido que «desde una evaluación numérica se podría decir que el cristianismo en Asia ha fracasado».
«Allí donde la estructura religiosa es más fuerte, en las regiones dónde ya existía una religión con una estructura fuerte, en general el cristianismo no ha tenido éxito numéricamente», ha señalado el religioso claretiano, que el pasado mes de junio fue nombrado obispo auxiliar del arzobispado de Osaka por el papa Francisco.
Abella, que trabaja en una archidiócesis de 15 millones de habitantes donde sólo unos 53.000 son católicos, ha destacado que allí «se vive diferente la relación con la religión» y ha resaltado que el estado «es totalmente laico».
«En occidente no tenemos respeto por la religión. En Japón la adhesión a la religión es una tradición familiar. Por eso la opción católica siempre será minoría» ante el budismo o el sintoísmo, ha abundado el prelado.
El obispo ha afirmado que Japón es un país que casi no acepta inmigración y ha reprochado que el año pasado de las 13.000 peticiones de asilo que recibió sólo concedió 23, pese a que la natalidad japonesa es muy baja.
También ha advertido que el gobierno japonés se está planteando cambiar su Constitución que ahora prohíbe, desde la II Guerra Mundial, participar en guerras invasivas.
Preguntado sobre los escándalos sexuales que han sacudido a la Iglesia católica, el obispo ha afirmado: «tenemos que pedir perdón y garantizar que no vuelva a suceder».
RD/Agencias
