En el mejestuoso, enorme y reluciente palacio presidencial, con sus cúpulas azules

Escolta de jinetes, cazas en el cielo y salva de cañones, para la bienvenida oficial al Papa

El Papa saluda al séquito emiratí y presenta a su propio séquito a los jeques

El Papa y las autoridades de los Emiratos
El Papa y las autoridades de los Emiratos

Tras los saludos, el Papa se dirige al interior del palacio, para mantener un encuentro privado con las autoridades del país

Tras la calurosa acogida que las autoridades de los Emiratos dispensaron ayer a su ilustre huésped, hoy tuvo lugar la ceremonia de bienvenida al Papa Francisco en el palacio presidencial, seguida de la visita oficial al Príncipe heredero.

Si todo relucía ya en el aeropuerto de Abu Dhabi, todavía brilla más el palacio presidencial, con sus mármoles, sus decorados recubiertos de pan de oro, sus lámparas majestuosas y sus enormes estancias, decoradas con fino estilo árabe.

La comitiva de coches hacia el Palacio pasa bajo un arco de triunfo. A mitad d ecamino, el pequeño utilitario del Papa (SCV 1) es escoltado por la guardia a caballo, con banderas de los Emiratos y del Vaticano, por una amplia avenida rodeada de césped, mientras en el cielo los cazas dibujan los colores de las banderas y los cañones disparan salvas.

La entrada del palacio es espectacular y los jardines, suntuosos y enormes. El complejo mira al mar y resplandece con sus cúpulas azules.

El complejo palaciego está lleno de palmeras y fuentes. Tras hacer una rotonda, el coche del Papa se dirige a la entrada del palacio, mientras suena la música de trompetas.

Complejo presidencial de los Emiratos

En la esplanada, el Papa se baja del coche y es recibido por el jeque y con honores militares. Primero, el himno de la Santa Sede y, después, el de los Emiratos.

Y tras los honores militares, los saludos protocolarios de altezas y ministros y altos cargos.Después, el séquito papal saluda a los jeques de los Emiratos. A continuación, el Papa se dirige al interior del palacio, para mantener un encuentro privado con las autoridades del país.

En el interior del palacio, el Papa le regaló el Príncipe heredero una medalla, que representa el encuentro entre San Francisco y el Sultán Malek, en 1219. La medalla resalta el objetivo interreligioso de la visita papal.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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