Al menos 150 miembros de la familia real están infectados

El Coronavirus se propaga entre la familia real de Arabia Saudita 

La mayoría de los miembros de la familia están recién llegados de Europa. El príncipe Faisal bin Bandar bin Abdulaziz Al Saud, nieto del rey Salmán de 70 años, se encuentra en la UCI

El Coronavirus se propaga entre la familia real de Arabia Saudita 

La realeza saudí no es exenta de ser golpeada por la pandemia. La alerta se envió tras el ingreso en la UCI del gobernador de Riad, el príncipe Faisal bin Bandar bin Abdulaziz al Saud, nieto del rey Salmán de 70 años, que sufre del COVID-19.

Círculos más cercanos a la familia real de Arabia Saudí desvelaron al diario estadounidense la preocupación en el seno de la vasta familia real porque al menos 150 miembros, muchos de ellos recién llegados de Europa, podría estar infectados.

La clínica de Riad donde acostumbran a recibir los cuidados médicos más exclusivos, ha diseñado un plan de contingencia, derivando a los pacientes menos graves y preparando medio millar de camas ante la previsión de que la pandemia siga expandiéndose entre los miembros de la Casa de Saud.

El príncipe más afectado por el virus es Faisal bin Bandar bin Abdelaziz al Saud, que desde hace seis años desempaña el cargo de gobernador de Riad (el puesto que el actual rey Salman ocupó durante más de medio siglo y a cuya sombra creció su hijo, el príncipe heredero). El septuagenario, que a su vez es sobrino del actual monarca y nieto del fundador del reino ultraconservador, se halla en la unidad de cuidados intensivos del centro, según fuentes citadas por el rotativo estadounidense The New York Times.

‘Las órdenes consisten en estar listos para atender a VIPs en todo el país. No sabemos cuántos casos recibiremos, pero la alerta es alta’, rezaba el mensaje enviado hace unos días por los responsables del Hospital King Faisal a los principales doctores del centro.

Por otro lado, de acuerdo a testimonios recogidos por la BBC, en la familia real de Arabia Saudita hay alrededor de 7 mil príncipes. Varios de ellos viajan constantemente, por lo que podrían traer el COVID-19 a casa.

De igual manera, otros datos estiman que Arabia Saudita proyecta tener hasta 200 mil enfermos de COVID-19 en las próximas semanas, de acuerdo con el ministro de salud Tawfiq al-Rabiah.

La Meca y Medina, ciudades de gran relevancia en Arabia Saudita para la fe musulmana, están en aislamiento por la cuarentena.

Como en muchos países del Medio Oriente, el primer paciente registrado en Arabia Saudita es una persona que viajó a Irán.

La protección del rey

La clínica Rey Faisal es el lugar habitual en el que reciben tratamiento el rey Salman y sus últimos hermanos. Dispone de una exclusiva zona dedicada a la élite gobernante.

La propagación de la pandemia entre la familia, ha obligado a la corte a tomar medidas excepcionales. Salman, de 84 años y una salud cada vez más débil, se halla confinado en un complejo palaciego que ocupa una isla cercana a Yeda, la segunda urbe del país situada a orillas del mar Rojo.

Salman, que padece demencia y cuyo rumores de fallecimiento se dispararon a principios del mes pasado, ha recibido la visita de especialistas chinos y ha mantenido su agenda.

A finales de marzo presidió una cumbre virtual de líderes del G20 para abordar la pandemia y la respuesta económica de las naciones más ricas del planeta. Desde su despacho y ante una pantalla de ordenador, el anciano leyó no sin dificultad el discurso inaugural de la reunión. Durante cerca de seis minutos, el rey balbuceó la visión del reino ante la crisis global.

Sin embargo, los mayores afectados, son los trabajadores procedentes de Asia, África y el mundo árabe.

Sus condiciones de vida, hacinados en campos, han provocado la rápida difusión de la pandemia.

El rey Salman, que ha aprobado partidas millonarias para combatir el virus, anunció la semana pasada que el régimen correrá con los gastos del tratamiento a cualquier extranjero que resulte contagiado, independientemente de su estatus de residencia.

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Autor

Yéssica Salazar

Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo. Con Máster en Gerencia y Tecnologías de la Información. Con infinito amor por el periodismo y los medios audiovisuales que me han permitido conocer nuevos senderos, diferentes y desconocidos.

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