Donald Trump anunció que el martes 21 de marzo de 2023 sería detenido y animaba a sus seguidores a salir a la calle y como ocurrió en enero de 2021 cuando una turba asaltó el Capitolio tras la elección de Joe Biden como actual presidente. Trump ha recuperado recientemente sus perfiles en las redes sociales y ha anunciado su intención de volver a competir por la presidencia de los Estados Unidos en 2024. El motivo por el que sería detenido según Trump es una «campaña política». Según la Justicia es un contrato privado que habría supuesto al comisión de varios presuntos delitos por parte del expresidente estadounidense, violación de las leyes de financiación y evasión de impuestos.
El origen de la historia hay que buscarlo en los días previos a los comicios presidenciales de noviembre de 2016. Sobre el capó de un coche el candidato republicano Donald Trump y la actriz porno Stormy Daniels firmaron un contrato privado según el cual, el empresario le entregaría 130.000 dólares a la estrella del cine x a cambio de su silencio sobre una relación extramatrimonial.
El asunto pasó desapercibido para los medios de comunicación, aunque The Wall Street Journal, publicación poco sospechosa de antitrumpismo, publicó una historia similar. El periódico lo único que contó es que el tabloide más famoso del país (National Inquire) había ofrecido a la modelo de Playboy publicar contar su historia de amor con el político a cambio de 150.000 dólares pero para no publicar nunca el reportaje. Una práctica, pagar para guardar en un cajón, a la que ha sido muy aficionada en España una popular revista del corazón. Una manera de ganarse los favores de los personajes.
Una historia de otra infidelidad que se abortaba y se evitaba así que saltara el público. Igual que ocurrió con Stormy Daniels gracias al citado contrato. En ese momento ya se había hecho viral el vídeo denominado Acess Hollywood, una grabación en oculto en la que Trump decía la ya famosa frase: «Si eres famoso puedes hacer lo que quieras. Agarrarlas por el coño». Trump no quería que otro escándalo lo salpicara. Sin embargo, la historia con Daniels no acabó ahí.
Una chica de Luisiana
Stephanie Clifford, el nombre civil de la actriz porno, nació en Luisiana en 1979 y dio el salto al cine para adultos recién cumplida la mayoría de edad. A partir de 2002 empezó a usar el nombre artístico de Stormy Daniels. Ha participado en más de 300 cintas de contenido sexual explícito y ha producido más de 90.

Stormy Daniels.
En su vida privada se ha movido el mismo círculo de su profesión. Se ha casado en tres ocasiones con actores porno: Pat Myne entre 2003 y 2005, Michael Mosny entre 2007 y 2009 y el más duradero Brendon Miller con el que se casó en 2010 y se mantuvo unida hasta 2018, cuando estalló públicamente su escándalo con Trump. Con Miller, que también ha triunfado como músico, tuvo una hija en 2011.
Trump y Daniels se conocieron en el Lago Tahoe (Estado de Nevada) en julio de 2006. En esa época, el neoyorquino era un empresario devenido en estrella de la telerealidad y objetivo de la prensa del corazón por si intensa vida matrimonial. En ese momento estaba recién casado con la modelo Melania, su tercera y actual esposa. Además, presentaba el reality El aprendiz y la posibilidad de que ocupara algún día la Casa Blanca era sólo un chiste de Los Simpson.
Sin embargo, una década después las cosas habían cambiado y el contrato evitaba que ella hablara. Al menos, por el momento.
«Una polla como el personaje de Mario Kart»
Las cosas se le complicarían a Trump. En 2018, su abogado Michael Cohen, al que muchos achacan la decisión de pagar a la actriz porno, cuando lo señalaban las investigaciones periodísticas y la Fiscalía del Estado de Nueva York lo señaló con el dedo, se declaró culpable de cargos relacionados con los pagos a Daniels y a la modelo de Playboy. Llegó a un pacto con la Fiscalía a cambio de reconocer los delitos. Unos hechos que Trump nunca ha reconocido.
Además, ese año, Stormy publicó el libro Revelación total donde daba detalles íntimos sobre su relación con Trump. Así describía, por ejemplo, su primer encuentro sexual:
«Estaba allí tumbada, molesta porque me estaba acostando con un tipo con pubis Yeti y una polla como el personaje de Mario Kart».

El libro de Stormy Daniels.
«Puede que sea la relación sexual menos impresionante que he tenido, pero él claramente no estuvo de acuerdo», se podía leer en otro pasaje del libro. Además, concedió una entrevista al programa televisivo 60 minutos. También denunció una campaña en su contra con momentos poco claros, como su detención Columbus (Ohio), por permitir que un cliente la tocara mientras actuaba en un club de striptease. Un asunto nunca aclarado del todo que dio mucho de que hablar en la prensa norteamericana. Además, recibió los duros ataques del exalcalde de Nueva York Rudy Giulani, uno de los máximos apoyos de Trump en el Partido Republicano: «Si eres feminista y apoyas a la industria del porno, deberías entregar tus credenciales. Respeto a las mujeres -mujeres hermosas y mujeres con valor-, pero a una mujer que vende su cuerpo para la explotación sexual no la respeto».
Ahora, un nuevo Fiscal de Nueva York, Alvin Bragg, parece dispuesto a llegar al final de un asunto que, aunque no acabe en una causa penal contra Trump, puede dificultar su carrera para volver a la Casa Blanca.